viernes, 22 de abril de 2016

Líderes de UE viajan a Turquía para revisar plan migrante

Bruselas, Bélgica, viernes 22 de abril, 2016 (AP). La canciller alemana, Angela Merkel, viajará este viernes con varios altos cargos de la Unión Europea a la frontera de Turquía y Siria con la esperanza de promover un polémico acuerdo alcanzado hace un mes para aliviar una crisis de refugiados que ha dejado a cientos de miles de personas varadas en la ruta a Europa.

El viaje del sábado a la ciudad fronteriza turca de Gaziantep, que se espera incluya una visita a un campamento de refugiados, se celebra entre dudas sobre la legalidad del acuerdo del 20 de marzo entre la UE y Turquía para empezar a deportar de vuelta a Turquía a los migrantes que no obtengan asilo en Grecia.

La UE ha prometido hasta 6,000 millones de dólares en ayudas para Turquía en los próximos cuatro años para mejorar las condiciones y las oportunidades para los 2.7 millones de refugiados sirios que se calcula viven en Turquía.

Pero un mes después de la firma del acuerdo, hay pocos expertos de la UE sobre el terreno y muchos países del grupo se muestran reacios a aceptar más solicitantes de asilo. En el horizonte planean tensiones diplomáticas por la petición turca de que sus ciudadanos viajen a la UE sin necesidad de visado.

En un esfuerzo por persuadir a ciudadanos turcos y europeos sobre los méritos del acuerdo, Merkel, el presidente del consejo de la UE Donald Tusk, el vicepresidente de la comisión europea Frans Timmermans y el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, tienen previsto reunirse en Gaziantep, al otro lado de la frontera de las ciudades sirias de Alepo y Kobani, epicentros de la guerra civil iniciada hace más de cinco años, que ha remitido desde el frágil alto el fuego alcanzado en febrero.

La agencia de refugiados de naciones Unidas, grupos humanitarios y legisladores de la UE han criticado de forma rotunda el pacto con Turquía por las implicaciones legales y orales de expulsar a personas desde Grecia, un país miembro de la UE, a Turquía, un país al que muchos consideran poco fiable en seguridad y respeto a derechos humanos. La propia Merkel se encuentra en una posición difícil, al apoyar el acuerdo al mismo tiempo que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, emplea una ley anacrónica para demandar a un cómico alemán por satirizarlo.