UNICEF informó este lunes que las condiciones sanitarias en que sobreviven miles de refugiados iraquíes en un campamento en Siria siguen siendo muy preocupantes y hay riesgo de enfermedades que se transmiten por el agua. Así lo explicó Eltayeb Adam, quien dirige la oficina de UNICEF en la ciudad siria de Qamishli y señaló que, si bien las condiciones han mejorado respecto de días pasados, hay necesidad urgente de agua potable, especialmente con las elevadas temperaturas que se registran.
Más de 3.000 tabletas para purificar agua ha suministrado este Fondo de la ONU al campamento de Nawrouz, , así como alimentos, artículos para la higiene personal y bolsas para la basura.
Muchos de los 12.000 iraquíes albergados en ese centro son de la minoría Yazidi, que han llegado a Siria huyendo de la persecución y los ataques del grupo terrorista Estado Islámico. Entre ellos hay varios miles de niños.
Además de UNICEF, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) está suministrando tiendas de campaña, mantas y otra ayuda a miles de desplazados iraquíes en la provincia de Dahuk, en Kurdistán, donde muchos de ellos carecen de atención médica, de acceso a letrinas y de agua y ropa.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros socios han repartido más de 2,5 millones de raciones de comida en esa provincia.
ACNUR ha establecido un grupo de trabajo, con la colaboración de UNICEF y la Cruz Roja, para atender denuncias de familias sobre secuestros de mujeres y niñas.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) también llamó la atención sobre la grave situación en que podrían estar hasta 20.000 residente, en su mayoría turcomanos, en la localidad de Amirli, en el norte de Iraq, que ha estado inaccesible desde julio a causa del cerco de las milicias del Estado Islámico.