
MANILA, Filipinas (AP) — En una popular iglesia católica en Filipinas, casi la mitad de los bancos estaban vacíos para la misa dominical. A los pocos cientos de fieles que asistieron se les pidió que evitasen estrechar o sostener la mano de otros durante la oración para evitar la propagación de un virus que comenzó en China.
En Hong Kong, el cardenal John Hon Tong, con una mascarilla en la cara, anunció la suspensión de las misas públicas durante dos semanas e instó a los fieles a seguir la homilía por internet.
Como parte de una orden para evitar las “actividades religiosas colectivas”, los templos budistas, las iglesias cristianas y las mezquitas musulmanas cerraron sus puertas el 29 de enero en la China continental, donde se detectó por primera vez un brote de un nuevo coronavirus en Wuhan, en el centro del país.