El antiguo guardia del campo de exterminio de Auschwitz y miembro de las SS hitlerianas Reinhold Hanning, de 94 años, fue condenado hoy (17.06.2016) a cinco años de prisión en el juicio abierto contra él en la Audiencia de Detmold (centro de Alemania) por complicidad en el exterminio de 170.000 presos de Auschwitz, sobre todo judíos procedentes de Hungría.
Las muertes por las que fue procesado corresponden al periodo en que sirvió en ese campo de exterminio nazi de la Polonia ocupada, entre enero de 1943 y junio de 1944, cuando tenía 23 años. Hanning estuvo presente en el campo en la llamada "Operación Hungría", durante la cual vio la deportación de 425.000 judíos húngaros a Auschwitz durante un periodo de tres meses en 1944. La mayoría de ellos fueron asesinados en la cámara de gas a su llegada al campo.
La Fiscalía había pedido para el procesado seis años de cárcel por considerar que en su calidad de guardia de Auschwitz era plenamente consciente y cómplice de los asesinatos ahí cometidos. Asimismo, quedó probado que era consciente de que el sistema de exterminio nazi sólo podía funcionar si las víctimas eran vigiladas por personas como él.
"Estuvo poco menos de dos años y medio en Auschwitz y contribuyó con ello al asesinato en masa", afirmó la juez Anke Grudda del tribunal regional de Detmold, en el oeste de Alemania, al dar a conocer el veredicto.
Mientras, la Fiscalía había solicitado seis años de cárcel, su defensa solicitó la absolución, con el argumento de que ni torturó ni participó directamente en esos asesinatos, además de que no hay constancia de que sirviera en la "rampa de la muerte" o selección de los presos destinados a la cámara de gas. A lo largo del juicio, sin embargo, el propio Hanning, quien asistió a las vistas en silla de ruedas, había expresado su vergüenza y arrepentimiento por haber visto pasar "el mal" ante sus ojos, sin haber tratado de evitarlo.
Oscuro pasado
Nacido en diciembre de 1921, ingresó primero en las Juventudes Hitlerianas, luego combatió en Francia y a continuación en Ucrania, hasta que resultó herido y se le inhabilitó para volver al frente. Se le destinó entonces a Auschwitz y, ya tras la Capitulación del Tercer Reich, pasó una temporada en un campo de prisioneros aliado, después de lo cual rehizo su vida como un ciudadano corriente.
Se estima que en el más mortífero campo nazi fueron asesinados 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos, pero también homosexuales, gitanos y comunistas, incluidos mujeres, niños o ancianos, ya fuera en las cámaras de gas, de hambre o de enfermedad.
El juicio se inscribe en la serie de procesos tardíos impulsados por Alemania a raíz del caso del ucraniano John Demjanjuk, al que se extraditó desde EE. UU. en 2009 y que fue juzgado por complicidad en 28.000 asesinatos en Sobibor, también en la Polonia ocupada. Demjanjuk fue condenado en 2011 a cinco años de cárcel y murió diez meses después en un asilo de ancianos, pero su caso creó jurisprudencia y posibilitó la apertura de otros sumarios por complicidad en los crímenes nazis.
Hasta entonces las Fiscalías alemanas sólo presentaban demandas contra aquellos sobre los que podían demostrar una participación directa en los delitos, debido a una sentencia de 1969 de la Corte Suprema de Alemania que sostenía que no todo aquel que estuvo involucrado en la maquinaria asesina de los campos de concentración podía ser responsabilizado por todo lo que ocurrió dentro. DW.COM | 17.06.2016