TIJUANA, México, 29 abr (Reuters) - Cerca de 50 centroamericanos de una caravana de migrantes, que incluye mujeres, niños y personas transgénero, trataron de buscar asilo en Estados Unidos el domingo, pero no se les permitió cruzar la frontera desde México porque las autoridades dijeron que la instalación estaba llena.
Usando brazaletes blancos para distinguirse de otros que cruzan el puesto de control de San Ysidro, cerca de San Diego, algunos de los solicitantes de asilo se despidieron de sus familiares que tomaron la difícil decisión de permanecer en México.
Alrededor de 20 integrantes del grupo pudieron alcanzar la valla final en el concurrido cruce, donde eran vigilados por guardias fronterizos estadounidenses, que no abrieron inmediatamente los accesos.
“Hemos llegado a capacidad en el puerto de entrada de San Ysidro”, dijo el jefe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan, en un comunicado el domingo, y agregó que los migrantes “deben esperar en México”.
No estaba claro de inmediato si el grupo sería rechazado o si se les permitiría ingresar más tarde. Al anocher, los cansados migrantes habían decidido acampar allí, aparentemente sin más que las escasas posesiones que traían consigo.
“Hemos estado esperando tanto tiempo que realmente no importa si es hoy, mañana o cuando nos dejan pasar”, dijo Irineo Mujica, director de Pueblo Sin Fronteras, un grupo de defensa que organizó la caravana desde su punto de partida en el sur de México hace un mes.
A comienzos de abril, la caravana llegó a reunir hasta 1,500 migrantes provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador, desatando la ira del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ordenó a sus funcionarios de inmigración endurecer las medidas para detener la entrada ilegal de sus integrantes.
Más miembros de la caravana, que contaba con unos 400 integrantes cuando llegó a Tijuana, también planeaban buscar asilo. Alrededor de 100 migrantes organizaron un campamento al aire libre en un pequeño terredo del lado mexicano junto al puente peatonal de San Ysidro, diciendo que permanecerían allí hasta que se les permitiera pasar.
Sin refugio, las personas colocaron toallas y mantas sobre el frío concreto.
“ESTOY NERVIOSA, TENGO MIEDO”
El ambiente era sombrío después de una agotadora caminata de 3,200 kilómetros hasta la frontera. Abogados estadounidenses especializados en temas de inmigración les habían advertido de las pocas probabilidades de obtener asilo y la posibiliad de ser detenidos, separados de sus seres queridos y deportados.
“Estoy nerviosa. Tengo miedo”, dijo Linda Sonigo, de 40 años, mientras caminaba hacia la garita estadounidense con su nieta de dos años en brazos. “Temo que nos separen”, dijo, señalando a sus dos hijos y su nieto.
Los funcionarios estadounidenses generalmente no separan a los niños de los padres que buscan asilo, aunque defensores de migrantes han documentado algunos casos. Las familias a menudo pasan menos tiempo detenidas que otros grupos.
Después de que funcionarios fronterizos dijeron que el puesto de control estaba lleno, los organizadores de la caravana presentaron lo que llamaron los “casos más vulnerables” para cruzar la frontera primero, incluidos niños amenazados y personas transgénero que dicen que enfrentan persecución en América Central.
Sonigo dijo que su familia huía de la violencia de las pandillas en El Salvador. Otros en el grupo que reconocieron que sus casos no eran lo suficientemente fuertes como para obtener asilo, con lágrimas en los ojos se despidieron de sus parientes a quienes podrían no volver a ver durante años.
Los solicitantes de asilo deben demostrar un temor bien fundado a ser perseguidos en sus países, pero a la abrumadora mayoría de los centroamericanos se les niega el refugio en Estados Unidos.
Después de hacer la solicitud de asilo, los migrantes generalmente son enviados a centros de detención. Quienes son rechazados suelen ser deportados a sus países de origen.
Amenazas de muerte de pandillas, asesinatos de familiares, violaciones por represalias y persecución política en su país son algunas de las razones que los obligaron a huir, dijeron miembros del grupo a Reuters. Reuters