El último domingo de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Lepra; en respuesta a la propuesta hecha en 1954 por el periodista y filántropo Raoul Foullereau en París, tras una visita que hizo a Costa de Marfil a un leprosorio y vio la situación de muchas personas que padecían esta enfermedad. Este Día tiene la finalidad de concientizar al mundo de esta enfermedad y reducir el estigma de quienes la padecen.[1]
Varias organizaciones de la sociedad civil se crearon de la inspiración de Raoul Foullereau, una de ellas es The International Federation of Anti-Leprosy Associations (Federación Internacional de Asociaciones contra la Lepra), que ofrece asistencia médica, científica, social y humanitaria para la rehabilitación de las personas que son afectadas por esta enfermedad y que en muchas ocasiones sus derechos humanos son violados pues suelen ser discriminadas, incluso por su propia familia.[2].
La Estrategia Global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para eliminar la carga de la enfermedad atribuible a la lepra 2011-2015 tiene sus ejes en la equidad, la justicia social y los derechos humanos de los enfermos. Esta iniciativa está respaldada por los Programas Nacionales de Lepra, por el Grupo Técnico Asesor (TAG) de la OMS en Lepra, por los laboratorios y la industria farmacéutica, y por los expertos de organizaciones internacionales no gubernamentales, así como por personas que padecen de lepra.[3]
En marzo de 2011, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Resolución A/RES/65/215 relativa a la Eliminación de la discriminación contra las personas afectadas por la lepra y sus familiares en la cual se alienta a los gobiernos, los órganos, organismos especializados, fondos y programas de las Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales e instituciones nacionales de derechos humanos pertinentes a que tengan debidamente en cuenta los Principios y Directrices en la formulación y aplicación de sus políticas y medidas relacionadas con las personas afectadas por la lepra y sus familiares.[4].
Estos principios establecen en su artículo 1 que las personas afectadas por la lepra y sus familiares serán tratadas como personas con dignidad y tendrán derecho a todos los derechos humanos y libertades. Asimismo, establecen que no se discriminará a las personas afectadas por la lepra ni a sus familiares ni se les privará de sus derechos humanos por el hecho de que tengan o hayan tenido lepra. [5]
Según datos de la OMS, la lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por un bacilo acidorresistente. Esta enfermedad afecta la piel principalmente, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas, los ojos, entre otras partes del cuerpo. Es una enfermedad curable si se trata en las primeras fases y se evita la discapacidad. Desde 1995 la OMS proporciona a todos los pacientes del mundo el tratamiento de multimedicamentos (TMM) de manera gratuita, es simple y eficaz para todos los tipos de lepra.[6]
Actualmente los nuevos casos de lepra que se detectaron en el mundo disminuyeron de 407,791 en 2004 a 228,474 en 2010, es decir que se redujo alrededor del 44%, según información oficial suministrada por ministerios de Salud en países endémicos a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS).[7]
De acuerdo con informes oficiales recibidos de 115 países y territorios, la prevalencia mundial de la lepra registrada a finales del primer trimestre de 2013 se situó en 189,018 casos, mientras que el número de casos nuevos detectados durante 2012 fue de 232,857 (excluyendo el pequeño número de casos en Europa).[8]
Tras la publicación de los datos más recientes sobre la lepra en el mundo de la Organización Mundial de la Salud, en el Boletín epidemiológico semanal del 30 de agosto de 2013, la nueva tasa de detección de casos reportados se ha corregido a 4,0 desde 0,4 en la versión original.[9]