La representante especial del Secretario General en Liberia, Karin Landgren informó hoy al Consejo de Seguridad de los graves problemas que el brote de Ébola está causando en ese país y que ha obligado a la Misión de la ONU (UNMIL) a centrar su atención en la respuesta a esa crisis.
Landgren, que coordina las operaciones de Naciones Unidas en Liberia, explicó que las autoridades sanitarias han reportado más de 2.070 casos y la muerte de más de 1.200 pacientes, aunque las cifras reales seguramente son mayores.
“Esta epidemia sin precedentes sería un desafío para cualquier gobierno y cualquier sociedad. A pesar de que Liberia y sus aliados están respondiendo, el desastre continúa aumentando, una tragedia para un país que ha visto tantas dificultades. La UNMIL ha ofrecido todo su apoyo y continúa revisando el abanico de capacidades que puede aportar para acabar con esta plaga que debe ser detenida con prontitud”, señaló Landgren.
Durante su intervención abordó también los graves efectos de esta crisis en la economía, en la confianza en el gobierno, en el plano de la seguridad o en la celebración de elecciones parlamentarias en octubre y en el proceso de reforma constitucional.
La coordinadora de la ONU señaló que desde el pasado mes de julio la UNMIL ha girado su atención hacia el brote de Ébola y participa en la respuesta nacional a esa crisis. Como consecuencia, otras actividades se han ralentizado, como las relativas a la reconciliación nacional, reforma de la tierra, fortalecimiento de las instituciones y gestión de los recursos naturales.
Aseguró, sin embargo, que eso no quiere decir que la Misión de la ONU haya cesado en los aspectos que incluye su mandato, sino que por el contrario ha intensificado su trabajo en lo relacionado con el sector de la seguridad y el estado de derecho, la protección de los civiles y el monitoreo de los derechos humanos.