LIMA (Reuters) - Alrededor de 190 naciones acordaron el domingo los pilares de un nuevo acuerdo global para combatir el cambio climático en 2015, en medio de advertencias de que se necesita una acción mucho más dura para limitar el aumento de las temperaturas globales.
En virtud del acuerdo alcanzado en Lima, los gobiernos deberán presentar planes nacionales para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero en un plazo informal del 31 de marzo de 2015, lo que será la base de un acuerdo global que se pretende alcanzar en la cumbre de París a fines de ese año.
La mayor parte de las complicadas decisiones sobre cómo frenar el cambio climático se aplazaron hasta ese entonces.
"Queda mucho por hacer en París el próximo año", dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius.
El texto, acordado en una suerte de tiempo extra después de las que dos semanas de conversaciones estuvieran cerca de colapsar, apaciguó a las economías emergentes lideradas por China e India, que estaban preocupadas de que los anteriores borradores imponían una pesada carga para las economías emergentes en comparación con las naciones ricas.
"Tenemos lo que queríamos", dijo el ministro de Medio Ambiente indio, Prakash Javedekar, quien dijo que el texto conserva la noción consagrada en la convención del clima de 1992 acerca de que los países ricos tienen que liderar el camino para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El documento también satisface a las naciones ricas lideradas por Estados Unidos, que dicen que es hora de que las economías emergentes frenen el rápido aumento de las emisiones.
China es ahora el mayor emisor de gases de efecto invernadero por delante de Estados Unidos, la Unión Europea e India.
El enviado especial de Estados Unidos para el Cambio climático, Todd Stern, dijo que el acuerdo alcanzado el mes pasado entre Estados Unidos y China para frenar las emisiones había ayudado a mostrar nuevas formas de superar el enfrentamiento entre las naciones ricas y pobres.
Sin embargo, algunos grupos ecologistas, dijeron que el acuerdo alcanzado en la capital peruana era demasiado débil.
"Fuimos de débil a débil a más débil", dijo Samantha Smith, del grupo conservacionista WWF, respecto a los sucesivos borradores en las conversaciones de Lima.
La idea de un acuerdo con obligaciones para todas las naciones marca un cambio con respecto al Protocolo de Kioto de 1997, que sólo obligaba a los países ricos a reducir las emisiones.
Christiana Figueres, jefa de cambio climático de la ONU, dijo que en Lima se encontraron nuevas formas de definir las obligaciones de los países ricos y pobres. "Esto es un avance muy importante", sostuvo.
Una opinión similar tuvo Jennifer Morgan, del centro de estudios World Resources Institute. "Lo que estamos viendo es una nueva forma de cooperación internacional sobre el cambio climático en la que todos los países participan con un nuevo conjunto de reglas".