La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) de Chile lamentó que quien fue considerado como el máximo represor de la dictadura haya muerto con el grado de general y sin arrepentirse de sus crímenes.
Manuel Contreras, quien fue el hombre más temido de Chile en los primeros años de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), como jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), murió de 86 años, aquejado por el cáncer de colon, problemas renales y diabetes.
El general retirado sumaba 529 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad, pero falleció en el hospital Militar. Había sido trasladado al recinto hace varios meses desde su lugar de reclusión de Punta Peuco, un penal especial construido en las afueras de Santiago para encerrar a condenados por violaciones a los derechos humanos, principalmente militares.
Sin arrepentirse de sus crímenes
La DINA, el organismo represor que Contreras comenzó a organizar antes del golpe militar con que Pinochet derrocó al entonces presidente Salvador Allende (1970-1973), es el responsable, según datos oficiales, de la mayoría de los 1.192 detenidos desaparecidos en Chile en ese período y de más de 1.500 ejecuciones por causas políticas.
Contreras, que se jactaba de haber llegado a tener una red de más de 50.000 informantes en Chile y en el exterior, nunca reconoció su responsabilidad en estos crímenes. Cuando las evidencias lo comprometían claramente, culpaba a otros, incluido el propio Pinochet, a quien en sus últimos años acusó de haberse enriquecido con el narcotráfico, o a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense.
Así, acusó a Pinochet de ser el verdadero jefe de la DINA, por lo que él solo cumplía sus órdenes, según aseguró. Achacó a la CIA significativos crímenes de la DINA, como el homicidio del excanciller Orlando Letelier, víctima de una bomba colocada bajo su automóvil en septiembre de 1976, en Washington; o el del general Carlos Prats, antecesor de Pinochet en el mando del Ejército, asesinado junto a su esposa y con el mismo método en 1974, en Buenos Aires.
Hace algunos años, incluso, declaró públicamente desde la prisión que se sentía orgulloso del trabajo realizado al frente de la DINA: "No matamos a nadie que no fuera terrorista cuando se enfrentaron a nosotros. A nadie he mandado a matar jamás ni he dado ninguna orden de matar. En el Ejército de Chile no se da orden de matar. Las manos no las tengo manchadas con sangre", declaró a un canal de la televisión local.
"Un asesino menos"
Momentos después de la muerte de Contreras, decenas de familiares de víctimas de la dictadura militar se manifestaron frente al Hospital Militar con pancartas, banderas del Partido Comunista, del Frente Patriótico Manuel Rodríguez -grupo que combatió el régimen militar-, tambores, globos e incluso botellas de champaña, celebrando el deceso del "Mamo" Contreras (como le llamaban sus camaradas de armas).
Los manifestantes colgaron un gran lienzo en la reja del edificio con el distintivo del Partido Comunista en el que se podía leer "Un asesino menos". Además, instalaron un equipo de música y bailaron un pie (baile nacional) en el frontis del recinto hospitalario.
"En un plano de impunidad inaceptable"
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) de Chile, Lorena Pizarro se reconoció “frustrada” de que el represor haya muerto en un recinto como el Hospital Militar, sin haber sido degradado, “en un plano de impunidad inaceptable” a pesar de sus más de 500 años de condenas.
En tanto, el presidente del Partido Comunista, diputado Guillermo Teillier afirmó que Contreras probablemente "se llevó muchas de las verdades que nuestra ciudadanía necesita conocer", pero murió repudiado por todos los chilenos y todos quienes conocen de sus crímenes "y he escuchado de parte de personeros del Gobierno que no habrá ningún tipo de homenaje". Teillier lamentó asimismo que el Ejército no haya degradado al militar represor.
Por su parte, la senadora Isabel Allende, presidenta del Partido Socialista e hija del exmandatario Salvador Allende, aseguró a Radio Bío Bío que esta noche "ha muerto el mayor criminal que hemos conocido en Chile". De parte del Gobierno de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, no ha habido ningún tipo de reacción, aunque trascendió que el próximo lunes podría referirse al deceso de Contreras.
Durante el régimen militar, que se prolongó por casi 17 años, hasta 1990, unas 38.000 personas fueron torturadas, desaparecidas o ejecutadas, según informes oficiales elaborados en democracia. La DINA, la primera policía secreta del régimen, fue disuelta y sustituida en 1977 por la Central Nacional de informaciones (CNI), a raíz de la presión internacional por el asesinato de Letelier.