Londres, 26 de mayo, 2016 (AP). La población de Gran Bretaña subió en 330,000 personas debido a la inmigración en 2015, una cifra cerca del máximo histórico pero similar a la del año anterior, según cifras oficiales. Los partidarios de la salida británica de la Unión Europea afirman que los datos publicados el jueves por Gran Bretaña demuestran que el país no puede controlar la inmigración a menos que salga del bloque. Los ciudadanos de los 28 países de la UE pueden vivir y trabajar en los otros estados miembros.
Gran Bretaña recibió 630,000 inmigrantes en 2015, según la oficina de estadística y 297,000 personas se marcharon del país. La cifra neta de 330,000 personas es mayor en 20,000 personas que la de 2014, un cambio insignificante a nivel estadístico. Es la segunda cifra más alta de la que se tiene registro. Alrededor de la mitad de los nuevos inmigrantes procedían de países de la UE.
El primer ministro, David Cameron, prometió hace tiempo mantener la migración neta por debajo de las 100,000 personas. Los defensores de la llamada "brexit" han empleado el incumplimiento de esa promesa como argumento.
"Es evidente la presión sobre los servicios públicos, en la gente que espera en los hospitales, en los quirófanos y por supuesto en las escuelas", denunció el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, uno de los voceros más firmes de que Gran Bretaña se salga de la UE. "Es algo que está afectando a la gente y hay resentimiento por la falta de control".
Faltando menos de un mes para el referéndum, las cifras además le dan a los partidarios de la salida una oportunidad para modificar el ángulo del debate, que hasta ahora se ha centrado en los efectos nocivos que la medida tendría en la economía.
Economistas del Fondo Monetario Internacional, del Banco de Inglaterra y de varias otras instituciones respetadas han advertido que la salida podría llevar a una severa recesión.
Los partidarios de la salida hasta ahora han respondido tratando de modular el debate en torno al tema de la soberanía. Johnson en cierta ocasión comparó los objetivos de la UE con los de Hitler, diciendo que el bloque desea crear un estado hegemónico en toda Europa a la par de que los nazis ansiaban para dominar al continente.
Ello al parecer fue demasiado para Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Aunque hasta ahora se ha mantenido discreto en torno al tema, Juncker el jueves sugirió que Johnson había ido demasiado lejos en su señalamiento de que a Gran Bretaña le convendría más mantenerse afuera de la Unión Europea.
En una cumbre del G-7 en Japón, Juncker recordó que Johnson fue una vez periodista y le recomendó "revisar a ver si todo lo que está diciendo al pueblo británico se ajusta a la realidad, porque yo creo que no".
El gobierno, entretanto, exhortó a la gente a ser realista. James Brokenshire, el ministro de inmigración, destacó que no hay soluciones fáciles independientemente de si Gran Bretaña se queda o no en la Unión Europea.