Ginebra, 7 de diciembre, 2016 (EFE). El presidente del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, Choi Kyong-lim, confió hoy en que el próximo Gobierno en Estados Unidos continuará promoviendo valores universales, como lo ha hecho tradicionalmente en este órgano.
"Estoy seguro de que Estados Unidos, cualquiera sean los cambios que tengan lugar, intentará promover la democracia, la diversidad y la protección de las minorías", dijo el diplomático surcoreano, a quien le ha correspondido durante el último año la presidencia del CDH.
Bajo la Administración del presidente Barack Obama, EUA ha sido el país con las mayores contribuciones voluntarias para el funcionamiento del CDH y de los mecanismos que tiene -relatores especiales, grupos de trabajo y comisiones investigadoras- para supervisar la marcha de los derechos humano en el mundo.
Se teme que bajo la presidencia de Donald Trump, la nueva Administración estadounidense opte por cambiar esa política y reduzca drásticamente o incluso deje de contribuir del todo con ese fondo voluntario.
El área de derechos humanos de la ONU recibe una financiación que equivale únicamente al 3 % del presupuesto ordinario de toda la organización.
Al hacer un balance del funcionamiento del CDH durante este año, el embajador Choi reconoció que la capacidad de este órgano -constituido por 47 estados miembros- para promover soluciones a graves situaciones de derechos humanos ha sido limitada y las acciones lentas, lo que "es motivo de cierta frustración".
A pesar de ello, defendió avances concretos, como la designación de dos nuevos relatores especiales de la ONU, uno para las cuestión del derecho al desarrollo y el segundo sobre la violencia por motivos de orientación sexual e identidad.
Asimismo, el CDH aprobó la creación de una comisión que vigilará la situación de derechos humanos en Sudán del Sur, que en la actualidad sufre uno de los peores conflictos internos; y una comisión investigadora de los crímenes cometidos durante el último episodio de violencia étnica en Burundi.
El CDH fue la primera instancia de la ONU en reaccionar frente a gran parte de las crisis y conflictos surgidos este año en distintos países de África, alertando en primera instancia a la comunidad internacional sobre su gravedad y repercusiones.
Sobre la polarización que en determinados debates se hace evidente entre los países miembros del CDH, su presidente sostuvo que, en efecto, "hay una confrontación entre distintos grupos de países, dependiendo de los asuntos que se trata, lo que hasta cierto punto es inevitable".
"En ocasiones es cierto, no he visto esfuerzos para llegar a entendimientos y para convencer a otros de la necesidad de que se adopte una visión común", explicó.
El CDH carece de mecanismos coercitivos para hacer cumplir sus decisiones, un poder que sólo tiene el Consejo de Seguridad -compuesto por las cinco potencias nucleares como miembros permanentes- en todo el sistema de Naciones Unidas.
"Debido a la falta de un sistema para hacer cumplir las resoluciones puede dar la impresión de que el CDH no tiene poder, pero si se evalúa en perspectiva veremos que hemos contribuido a que las cosas cambien considerablemente para bien", dijo.
Sobre las tareas principales de este órgano para 2017, consideró que las cuestiones de derechos humanos vinculadas a las seguridad y la paz serán prioritarias, así como en general el amplio tema de la discriminación, sea contra las minorías, los inmigrantes, las mujeres, los discapacitados o por razones de orientación sexual.