01 de diciembre, 2017 — Los hombres son más propensos que las mujeres a comenzar el tratamiento del VIH tarde, a interrumpirlo y a ser inaccesibles a la hora del seguimiento terapéutico, revela un informe de ONUSIDA publicado este viernes con motivo del Día Mundial del Sida.
Con un régimen de antirretrovirales eficaz, las personas con VIH pueden mantenerse sanas y tienen hasta un 97% menos de probabilidades de transmitir el virus.
Sin embargo, a escala mundial menos de la mitad de los hombres que viven con el VIH se encuentran en tratamiento, en comparación con el 60% de las mujeres, explica el informe “Blind Spot” (Punto Ciego en español) divulgado este viernes.
En África occidental y central, una región que lucha por responder con eficacia al VIH, solo el 25% de los hombres que viven con el virus están recibiendo el tratamiento.
Por su parte, ONU Mujeres recuerda que cada cuatro minutos tres mujeres jóvenes son infectadas con el VIH. En todo el mundo, “los desequilibrios en las relaciones de poder, las normas sociales que promueven el confinamiento y la prevalencia de la violencia y la discriminación basada en el género están provocando grandes lagunas en la prevención del VIH para las mujeres y las niñas, así como en el tratamiento de dicha enfermedad”, subraya la agencia de la ONU para las mujeres.
No dejar a nadie sin servicios de salud
“Abordar las desigualdades que ponen en riesgo a las mujeres y niñas de contraer el VIH se encuentra en el primer plano de la respuesta al sida”, explica este viernes Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA en un comunicado. Sin embargo, “cuando los hombres tienen acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH, el beneficio se triplica. Estos se protegen, protegen a sus parejas sexuales y también a sus familias”, afirma.
El informe “Blind Spot” revela también que la prevalencia del VIH es sistemáticamente mayor entre los hombres en los colectivos clave, tales como los homosexuales los que se inyectan drogas, que enfrentan dificultades notables para acceder a los servicios para el VIH, entre ellas la discriminación, el hostigamiento y la negación de los servicios de salud.
Al posibilitar que los hombres permanezcan libres del VIH, se realicen las pruebas con regularidad y comiencen y permanezcan en tratamiento si son seropositivos, los beneficios no solo mejorarán los resultados de la salud masculina, sino que también contribuirán a reducir las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres y las niñas y a cambiar las costumbres de género dañinas.
“El mundo no alcanzará los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos el de poner fin a la epidemia de sida para 2030, si las personas no satisfacen su derecho a la salud”, afirma Sidibé.