Ginebra, 11 dic (EFE).- El impulso de la economía mundial debería permitir a los países abordar problemas estructurales como la desigualdad, la pobreza y la degradación medioambiental, recomendó hoy en un informe la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
El documento "Situación y Perspectivas de la Economía Mundial 2018" destaca que la economía mundial crece actualmente a un ritmo del 3%, "lo que demuestra que las condiciones macroeconómicas actuales ofrecen a los legisladores una gran oportunidad para abordar algunos de los temas estructurales que siguen obstaculizando el desarrollo".
El texto subraya que la mejora es generalizada, dado que aproximadamente dos tercios de los países del mundo han experimentado un crecimiento superior en 2017 que en el año anterior.
El final de las recesiones en Argentina, Brasil, Nigeria y Rusia también "contribuyó al aumento en la tasa de crecimiento mundial entre 2016 y 2017", indica el texto.
Además se espera que el crecimiento mundial se mantenga estable en el 3 % en 2018 y 2019, gracias al impulso de varias economías desarrolladas, aunque Asia oriental y Asia meridional siguen siendo las regiones más dinámicas del mundo.
En 2017 esas regiones representaron casi la mitad del crecimiento mundial y solo China aportó alrededor de un tercio.
Por su parte, la economía en la Unión Europea se mantiene "robusta", según el estudio, que recuerda que se prevé un Producto Interno Bruto (PIB) para la región de 2,1 por ciento.
Algunas economías, como la española o la irlandesa, crecerán aún más.
Se estima que el PIB de España crecerá un 2,6 por ciento en 2018 y un 2,4 en 2019, "gracias al consumo privado, la inversión fija y una demanda externa sólida, incluido el turismo".
"El desafío es canalizar todo esto hacia una aceleración sostenida en la inversión productiva para respaldar las perspectivas a medio plazo", sugiere el texto.
Pese a estas buenas noticias, los economistas de la UNCTAD recuerdan que a corto plazo la economía mundial sigue enfrentando riesgos, como los cambios en la política comercial, un deterioro repentino de las condiciones financieras mundiales y el aumento de las tensiones geopolíticas.
Un tema importante son "los altos niveles de deuda en los países, tanto en los hogares como en los bancos y especialmente en el sector corporativo", explicó en rueda de prensa Richard Kozul-Wright, director del departamento de globalización de la UNCTAD.
"Esto es un tema preocupante que recuerda a lo que pasó antes de la crisis", agregó.
Pero si los índices se mantienen positivos, los expertos de la UNCTAD sugieren que se aproveche la mejora de la situación macroeconómica para reducir la desigualdad, apoyar la inversión a largo plazo y mejorar las deficiencias institucionales.
El informe señala que la reorientación de la política para abordar esos desafíos "puede generar una mayor inversión y productividad, una mayor creación de empleo y un crecimiento económico más sostenible a medio plazo".
Es una necesidad urgente en varios países de África, Asia occidental, América Latina y el Caribe, donde habitan 275 millones de personas que viven en pobreza extrema.
Otro de los grandes temas a resolver es el cambio climático pues el informe subraya que las estimaciones preliminares indican que el nivel de emisiones de CO2 aumentó en 2017 después de permanecer sin cambios durante tres años consecutivos.
"La frecuencia de las crisis relacionadas con el clima sigue aumentando, lo que también pone de relieve la necesidad urgente de reforzar la resiliencia frente al cambio climático y dar prioridad a la protección medioambiental", agregó.
El texto sugiere que se legisle sobre las emisiones del transporte marítimo y la aviación internacionales -que no se contemplan en el Acuerdo de París-, ya que las emisiones producidas por estos sectores continúan creciendo más rápidamente que las del transporte por carretera.
Asimismo el informe sugiere que se cree un nuevo marco financiero para la financiación sostenible que ponga el foco no en las ganancias a corto plazo sino en la creación de valor a largo plazo.
"Las políticas regulatorias en el sistema financiero, bien coordinadas con políticas monetarias, fiscales y cambiarias, deben respaldar este marco mediante la promoción de un entorno financiero mundial estable", indicó. ONU