TIJUANA, México, 4 mayo (Reuters) - A través de un paso fronterizo, 70 hombres, mujeres y niños ingresaron el viernes a Estados Unidos para buscar asilo, el grupo más grande de migrantes centroamericanos aceptado por funcionarios estadounidenses en los últimos días.
Huyendo de la violencia en Honduras, El Salvador y Guatemala, los migrantes estaban entre los últimos que habían planeado solicitar asilo, elevando el total a 228 que cruzaron la frontera desde el fin de semana pasado.
Los casi 400 inmigrantes que llegaron a Tijuana la semana pasada debieron decidir si ingresaban a Estados Unidos y solicitaban asilo, comenzando un proceso largo y complejo que podría terminar en la deportación. Muchos decidieron quedarse en México por el momento.
A fines de marzo, unos 1,500 migrantes, en su mayoría hondureños, iniciaron un recorrido de 3,200 kilómetros buscando huir de la violencia en sus países, pero la caravana despertó la ira del presidente estadounidense, Donald Trump, quien conminó a cerrarles el paso y hasta movilizó tropas a su frontera.
A medida que los grupos de migrantes iban llegando a la frontera con Estados Unidos, Trump instó en Twitter a que se detuviera la caravana: “Nuestra frontera sur está bajo asedio”.
Temprano el viernes, los inmigrantes se alinearon para ingresar al largo pasillo que separa a México y Estados Unidos. En una sola fila, caminaron madres con niños pequeños en una mano y ositos de peluche en la otra.
Entre ellas estaba Irma Rivera, de 31 años, con un hijo en brazos y una hija que se adelantaba.
“¿Dónde está el muro, Trump? Quiero escalar el muro”, dijo el niño de cuatro años desatando la risa de su madre.
Su esposo, un agricultor, fue asesinado a fines del año pasado en El Salvador por una pandilla de granjeros a los que denunció por robar sus tierras, dijo. Reuters