GINEBRA (Reuters) - Burundi ha obligado a Naciones Unidas a cerrar su oficina de derechos humanos en el país después de 23 años, dijo el martes la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Bachelet dijo que el Gobierno del país centroafricano había declarado que había avanzado lo suficiente en materia de derechos humanos, por lo que la existencia de la oficina de la ONU ya no estaba justificada.
“Lamentamos profundamente haber tenido que cerrar nuestra oficina en Burundi después de una presencia de 23 años en el país”, dijo en un comunicado.
Muchos de los avances en derechos humanos en Burundi se pusieron en peligro desde 2015, cuando el presidente Pierre Nkurunziza anunció que presentaría su candidatura para un tercer mandato, agregó Bachelet.
Tras el anuncio, que en opinión de muchos supuso una violación de la constitución, hubo un estallido de violencia. Nkurunziza logró la reelección, pero la decisión de presentarse provocó protestas y una represión gubernamental que dejó cientos de muertos y provocó que alrededor de medio millón de personas huyera al extranjero.
En octubre de 2016, Burundi suspendió toda cooperación con la oficina de la ONU en Burundi, tras la publicación de un informe independiente de la ONU que afirmaba que el Gobierno y sus partidarios eran responsables de crímenes contra la humanidad.
Burundi dijo que el informe era “mentira” y, cuando el Consejo de Derechos Humanos de la ONU consideró renovar la investigación en 2017, el Gobierno se ofreció a aceptar expertos en derechos humanos de la ONU en lugar de la investigación.
No obstante, el consejo de derechos humanos votó a favor tanto de renovar la investigación como de enviar a los expertos, lo que enfureció al Gobierno del país.
Burundi amenazó posteriormente con procesar al equipo de investigadores del consejo de derechos humanos y acusó a su presidente de “vender” africanos como en la era de la esclavitud, un comentario que indignó a Bachelet.
El Gobierno también rechazó a los tres expertos visitantes de derechos humanos de la ONU con los que había prometido cooperar, acusándolos de llegar sin previo aviso y de actuar como espías.
Foto de archivo. La alta comisionada para las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, en una rueda de prensa en Génova, Suiza. 5 diciembre 2018. REUTERS/Denis Balibouse Reuters