El Secretario General de la ONU condenó en los términos más enérgicos la persecución sistemática de las poblaciones minoritarias en Iraq por parte del Estado Islámico y sus grupos armados asociados.
En un comunicado, Ban Ki-moon expresó especial consternación por las amenazas contra los cristianos en Mosul y en otras zonas del país controladas por el Estado Islámico.
Ban se refirió con gran preocupación al ultimátum a esas comunidades para que elijan entre convertirse al Islam, pagar un impuesto, irse o ser ejecutadas.
Además, repudió los secuestros, asesinatos y destrucción que afrontan las minorías etnorreligiosas como las yazidi y shabak cuyas casas en Mosul han sido marcadas, al igual que las de shiítas y cristianos.
En las últimas semanas, las comunidades minoritarias que han convivido por miles de años en las provincias de Mosul y Ninewa han sido atacadas y perseguidas por el Estado Islámico. Como consecuencia, decenas de miles de personas han debido huir y buscar refugio, mientras que muchas otras han sido ejecutadas o secuestradas.
El titular de la ONU recordó que este tipo de agresiones a la población civil puede constituir un crimen de lesa humanidad y que los responsables deben ser enjuiciados.
Agregó que todos los grupos armados deben respetar las leyes humanitarias internacionales y proteger a los civiles en las áreas que controlen.
Ban también dijo que la ONU, en conjunto con el gobierno de Iraq y las autoridades regionales de Kurdistán, intensificará los trabajos para aliviar la emergencia humanitaria resultada del desplazamiento de las minorías perseguidas.