La víspera de una cumbre de urgencia en Bruselas, Amnistía Internacional hace público un Modelo para la Acción que pide a los gobiernos europeos que tomen medidas inmediatas y efectivas para poner fin a una catástrofe que está causando la muerte de miles de personas migrantes y refugiadas.
El informe, titulado La vergüenza de Europa, a pique. Omisión de socorro a refugiados y migrantes en el mar, documenta testimonios de sobrevivientes de naufragios, detalla las dificultades y limitaciones de las operaciones actuales de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo central y expone formas en las que puede resolverse. Por último, pide el lanzamiento inmediato de una operación humanitaria para salvar vidas en el mar, dotada de buques adecuados, aviones y otros recursos, que patrulle donde haya vidas en peligro.
“Los líderes europeos que se reúnen en Bruselas tienen una oportunidad histórica para poner fin a una tragedia humanitaria cada vez mayor tan enorme como la del Titanic”, ha declarado John Dalhuisen, director del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.
“La negligencia de Europa no salvando a miles de migrantes y refugiados que corren peligro en el Mediterráneo es como si los bomberos se negasen a salvar a las personas que saltan de un edificio en llamas. Debe quedar claro que la responsabilidad de los gobiernos no se limita a apagar el fuego, sino que deben recoger a quienes saltan desde la cornisa.”
El lunes, en un giro respecto de la política anterior, la Unión Europea se comprometió a reforzar la capacidad de búsqueda y salvamento, y los Estados Miembros deben traducir ahora esto en actos.
El informe muestra que la decisión de poner fin a Mare Nostrum, la operación humanitaria de la Marina italiana, al final de 2014, ha contribuido a un dramático aumento de las muertes de migrantes y refugiados en el mar. Si se confirman las cifras de los últimos incidentes, este año habrán perdido la vida 1.700 personas, 100 veces más que durante el mismo periodo de 2014.
El mito de que Mare Nostrum tuvo un “efecto llamada” queda también desmentido por las cifras, que muestran que desde que terminó la operación, el número de refugiados y migrantes que intentan entrar en Europa por mar ha aumentado. De hecho, en 2015 ya han tratado de llegar a Europa por esta vía más refugiados y migrantes que nunca, de los que más de 24.000 llegaron a Italia.
Tras la finalización de Mare Nostrum, los gobiernos europeos dieron instrucciones a la agencia encargada de gestionar las fronteras de la UE, Frontex, de establecer la Operación Tritón.
Tritón no es una operación de búsqueda y salvamento. A diferencia de Mare Nostrum, cuyos barcos tenían un área de operaciones que se extendía al sur de Lampedusa alrededor de 100 millas náuticas, Tritón se limita a una patrulla fronteriza a 30 millas náuticas de las costas de Italia y Malta, lejos de donde la inmensa mayoría de los barcos tiene problemas.
La propia Frontex ha admitido que sus recursos son “adecuados para su mandato, que es controlar las fronteras de la UE, no para vigilar los 2,5 millones de kilómetros cuadrados del Mediterráneo”. En cambio, las operaciones de búsqueda y salvamento se encomiendan en su mayoría a barcos guardacostas. El almirante Giovanni Pettorino, jefe de los Centros de Coordinación de Salvamento Marítimo de los guardacostas italianos, dijo a Amnistía Internacional que sus barcos “no podrán sacar a todos, si seguimos siendo los únicos que vamos hasta allí”.
Además, los barcos mercantes desempeñan un importante papel en las operaciones de salvamento actuales, pese a que no están diseñados, equipados ni entrenados para realizar operaciones de salvamento marítimo. No obstante los esfuerzos de todos los actores, y habiendo salvado decenas de miles de vidas este año, no cabe esperar que este tipo de barcos se hagan cargo de toda la magnitud de la actual crisis humanitaria.
Cifras
Según algunos cálculos, el 18 de abril de 2015 se ahogaron más de 800 migrantes y refugiados durante un intento de salvamento realizado por un barco mercante. Según la guardia costera, la embarcación en la que viajaban volcó cuando los pasajeros se agolparon en un costado. Esto recuerda los testimonios de los sobrevivientes de otras tragedias que se exponen en el informe de Amnistía Internacional.
Mohammad, palestino de 25 años procedente de Líbano, contó que el 4 de marzo de 2015, el barco en el que viajaba, con 150 personas a bordo, volcó cuando se les acercó un gran remolcador para ayudarles.
“Lanzaron una escala de cuerda […] Muchos trataron de alcanzarla y el barco volcó […] Caí al agua […] Immirdan, una mujer siria, murió con su hijo de un año.”
Como ha reconocido el sector del transporte marítimo, los salvamentos en gran escala a cargo de barcos mercantes conllevan muchos más riesgos, lo que subraya la necesidad de una operación humanitaria profesional.
El 31 de marzo de 2015, representantes de las principales asociaciones de transporte marítimo y sindicatos de marinos mundiales y europeos calificaron la situación actual de “insostenible” y pidieron a los Estados que aumentaran los recursos y el apoyo destinados a las operaciones de búsqueda y salvamento. En una declaración conjunta afirmaron: “[…] es inaceptable que la comunidad internacional dependa cada vez más de barcos mercantes y de marinos para llevar a cabo más salvamentos a mayor escala.”
El 8 de febrero de 2015, tras una llamada de socorro, los guardacostas italianos se adentraron en alta mar y arrostraron temperaturas glaciales para rescatar a 105 personas que viajaban en un bote atestado. La embarcación formaba parte de un grupo de cuatro barcos que había salido de Libia la víspera y tuvo problemas. Ese día murieron en total más de 330 refugiados y migrantes. Aparte de dos barcos comerciales que estaban en la zona, sólo estaba disponible para prestar ayuda la guardia costera italiana.
Pero los medios de los dos barcos patrulleros descubiertos fueron insuficientes para proporcionar calor y cobijo a los rescatados y 29 de ellos murieron de hipotermia a bordo. Salvatore Caputo, enfermero de uno de los barcos guardacostas, dijo a Amnistía Internacional: “Para mantenerlos en calor los hacíamos pasar a la cabina por turnos, pero fue todo muy difícil… Me sentí totalmente furioso: salvarlos y luego ver cómo morían así”.
Preparados para actuar
Massimiliano Laurettti, capitán de la Marina italiana, dijo a Amnistía Internacional que se podía organizar una operación humanitaria en cuestión de días si se recibía una orden en ese sentido.
“La Marina italiana está preparada. Tenemos procedimientos bien ensayados. Hemos acumulado nuestra experiencia. Si nos lo piden, podemos reiniciar una operación humanitaria en muy poco tiempo, 48-72 horas más o menos”.
Amnistía Internacional pide a todos los jefes de Estado y de gobierno europeos que asisten a la cumbre de mañana que establezcan inmediatamente una operación efectiva para salvar vidas en el mar. Deben autorizar el despliegue inmediato de recursos navales y aéreos suficientes a lo largo de las principales rutas de migración para rescatar a personas. Mientras esto se pone en práctica, los gobiernos europeos deben proporcionar urgentemente a Italia y Malta el apoyo económico y logístico que les permita redoblar su capacidad de búsqueda y salvamento.
“La conveniencia política ha llevado a la falacia de que no hacer nada acabará con la llegada de personas. Los últimos sucesos han demostrado que nada está más lejos de la verdad, y que está teniendo consecuencias catastróficas”, concluyó John Dalhuisen.
“El jueves, los líderes de Europa pueden tomar por fin medidas concretas. No puede haber más excusas para prevenir nuevas muertes.”