CINVESTAV. México, 15 de marzo de 2016. De confirmarse la relación entre esta infección con casos de microcefalia en bebés y síndrome Guillain-Barré, será necesaria otra estrategia para combatirla, advierte experta del Cinvestav.
La expansión del virus zika en el continente americano, así como su asociación con microcefalia en bebés y casos de síndrome de Guillain-Barré implican grandes retos en materia de salud pública mundial, pues en caso de demostrarse una relación causal sería necesario replantear la estrategia que hasta hoy se ha seguido para contenerla.
Así lo expuso la investigadora Rosa María del Ángel Núñez de Cáceres, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), durante el Coloquio “Verdades, mentiras e incógnitas sobre el Zika”, realizado en el marco de la celebración del 55 aniversario de la institución.
La titular del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav señaló que si no se comprueba dicha asociación, que ha sido expuesta en varios estudios recientes, podríamos hablar del zika como una enfermedad febril leve que sólo provoca síntomas en una de cada cuatro personas infectadas. Pero en caso contrario, advirtió, sería necesario que las autoridades y organismos de salud adopten una nueva estrategia, diferente a la que han empleado contra el dengue –que también es transmitido por mosquitos vectores del género Aedes– para hacerle frente.
Dijo que el virus del zika es capaz de atravesar la placenta, llegar al sistema nervioso y ocasionar una enfermedad que puede tener todos los cuadros clínicos, desde la muerte del bebé recién nacido hasta retraso mental o motriz.
“Es muy importante conocerlo, porque si se comprueba (la asociación), sería necesario desarrollar una vacuna, así como métodos de diagnóstico eficientes para hacer el seguimiento clave de las mujeres que estuvieron expuestas al virus”, planteó la especialista.
También es preciso –aseguró– desarrollar métodos de diagnóstico en la fase de convalecencia, controlar a los mosquitos transmisores, y determinar si hay reservorios del zika, pues aun cuando se proteja a la población humana o se reduzca la cantidad de esos insectos, es probable que el virus surja otra vez.
Rosa María del Ángel mencionó que un indicio de que el zika podría relacionarse con casos de microcefalia en recién nacidos cuya madre ha sido infectada es que el virus se parece a los que generan encefalitis, pero esto se sabrá dentro de algunos meses, a través de nuevos estudios.
“En este momento en Colombia y Brasil (donde se detectaron casos de microcefalia) se tiene un buen seguimiento de mujeres embarazadas con síntomas de zika que acudieron a los servicios de salud, pero habrá que esperar al nacimiento de los bebés para conocer su situación”, explicó la investigadora.
Del Ángel recordó que desde que se detectó un brote de zika en la Polinesia Francesa ya se hablaba del posible vínculo entre esta infección y el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno en el cual el propio sistema inmunitario destruye la capa de mielina que reviste los nervios periféricos, lo que ocasiona falta de sensibilidad en las extremidades y en casos severos parálisis o muerte. Mientras tanto, aclaró, es importante que las mujeres embarazadas consideren este riesgo latente.
Alertó que la transmisión del zika a través de transfusiones sanguíneas es absolutamente viable, como sucede con el virus del dengue. “Durante la fase aguda de la infección esto es posible, como se ha reportado en Colombia, Brasil y otros países”.
Consideró que desarrollar una vacuna tomará muchos años, como sucedió con la del dengue. Ante esto y la falta de tratamientos específicos, sugirió que las personas que ya lo han contraído se mantengan en reposo, beban líquidos en abundancia y tomen paracetamol.
Para las mujeres embarazadas, la recomendación es cubrirse adecuadamente y utilizar repelentes para evitar la picadura del mosquito, además de someterse periódicamente a exámenes de control prenatal.