Aprovechando el inmenso potencial de sus volcanes, Indonesia quiere multiplicar por cinco en los próximos diez años su producción geotérmica, pero la burocracia y los altos costes están frenando el desarrollo de esta energía limpia.
Este archipiélago de 17.000 islas e islotes que se extienden desde el Índico al Pacífico tiene unos 130 volcanes en actividad, en zonas sísmicas que concentran el 40% de las reservas mundiales de energía geotérmica.
El vapor bajo presión que se extrae de las profundidades genera electricidad, como ya es el caso en la central de Wayang Windu, en la isla de Java.
"El potencial es enorme", dice su responsable, Rully Wirawan.
Indonesia produce actualmente unos 1.400 megavatios de electricidad procedente de la energía geotérmica, menos del 5% del total posible, según las estimaciones, lo que deja al país muy por detrás de productores importantes como Estados Unidos o Filipinas.
"El Gobierno actual intenta responder a este desafío y creo que el desarrollo futuro será mejor que hasta ahora", indica Wirawan.
El Gobierno de Indonesia quiere aumentar hasta 7.200 megavatios la producción de energía geotérmica en 2025, más de cinco veces el nivel actual.
El objetivo es convertir Indonesia en el primer productor mundial de energías renovables.
En 2014, el Gobierno ya adoptó una ley para que la geotermia no fuera considerada una actividad minera y no tenga que someterse a la normativa sobre protección de bosques, como el carbón y el petróleo, facilitando así su explotación.
Otra ley reciente permite a las autoridades locales recaudar entre el 0,5 y el 1% de la facturación de las plantas geotérmicas de su zona, una medida para alentarles a apoyar nuevos proyectos.
- Inversión extranjera -
"Muchos inversores extranjeros están viniendo a Indonesia para explotar la energía geotérmica", explica Abadi Poernomo, presidente de la Asociación Geotérmica Indonesia, que representa a las compañías del sector.
Sin embargo, algunos responsables reconocen que los objetivos del Gobierno serán difíciles de alcanzar en un país minado por la corrupción y donde los grandes proyectos suelen tener grandes retrasos.
"Los progresos no son muy alentadores", reconoce Ego Syahrial, director de la agencia pública de geología, que considera que el objetivo de 7.200 megavatios es "muy, muy optimista".
El primer obstáculo son los elevados costes de producción, de entre 3,5 y 4,5 millones de euros el megavatio geotérmico, mucho más que el precio de la producción de carbón (entre 1,3 y 1,8 millones por megavatio).
Tampoco ayuda la burocracia indonesia, que exige 29 permisos de agencias públicas antes de poder poner en marcha una central, indica la Asociación Geotérmica.
La central de Wayang Windu, cogestionada por la compañía independiente Star Energy (Estutgart:2393147.SG - noticias) y el gigante petrolero público Pertamina, es un ejemplo de las dificultades del sector.
La exploración de la zona empezó en 1985, pero pasaron 15 años hasta que la planta empezó a producir energía comerciable. La construcción de una nueva unidad de producción también se ha visto retrasada por las negociaciones sobre costes.
El Gobierno espera que la geotermia genere 35.000 megavatios en 2019, un objetivo que sólo representa una pequeña parte de la producción eléctrica.
A pesar de ello, los partidarios de la geotérmica son optimistas y creen que, con el apoyo del Gobierno, se puede alcanzar el ambicioso objetivo de reducir un 29% las emisiones de gases invernadero en 2030.
Al contrario de las energías fósiles, la energía geotérmica produce muy pocos gases de este tipo. Yahoo