NUEVA YORK (AP) -- Un 19% de los estadounidenses de 65 años o más seguían trabajando el mes pasado, la tasa más alta desde 1962, según datos del gobierno divulgados el viernes.
La cifra es la más reciente de una tendencia en ascenso que comenzó en 1985, cuando la proporción fue del 10%. Esta tendencia hace recordar la década de 1960, pues la última vez que se registró un porcentaje tan alto fue cuando John F. Kennedy estaba en la Casa Blanca.
A medida que la población de Estados Unidos envejece y se alarga su esperanza de vida, algunos norteamericanos siguen trabajando porque les gusta y porque aún se sienten involucrados en sus labores. Sin embargo, muchos también lo hacen por una razón más simple y sombría: no pueden darse el lujo de dejar de trabajar.
Más de una cuarta parte de los trabajadores de 55 años o más dicen tener menos de 10.000 dólares en ahorros e inversiones, según la última encuesta especializada que realiza el Employee Benefit Research Institute, un organismo de investigación sin fines de lucro con sede en Washington, D.C.
Tal vez debido a los ahorros o activos reducidos, casi un tercio de los trabajadores de ese grupo de edad dicen que esperan trabajar hasta por lo menos los 70 años, si es que se jubilan.
Los estadounidenses más viejos que todavía siguen laborando pueden también ser los afortunados. A muchos norteamericanos mayores les gustaría seguir trabajando pero dicen que no pueden encontrar una plaza, ya sea porque carecen de las habilidades o porque los empleadores buscan a personas más jóvenes.
El desempleo entre los trabajadores de 65 años o más fue del 3,7% el mes pasado. Esa cifra es un poco más alta que su mediana en los últimos 30 años, aunque bajó en comparación con la cifra de principios de este año.
Los críticos temen que las cifras puedan seguir elevándose aún más.
La semana pasada, el Congreso votó con el fin de revocar una regla federal diseñada para ayudar a los estados a dar más acceso a sus trabajadores a planes de ahorro para la jubilación.
Varios estados han estado presionando para crear sus propios planes de retiro, a fin de tener más trabajadores en esquemas como el 401(k) que deducen los ahorros automáticamente de cada cheque de pago. Los empleados de bajos ingresos tienden a tener mucho menos acceso a los planes de ahorro a través de sus puestos de trabajo.
Sin embargo, los republicanos y los que participan en el sector de inversiones argumentan que los planes estatales podrían terminar siendo mucho más caros de lo imaginado y que podrían reducir las salvaguardas creadas para proteger a los inversionistas. AP