ONU - Desde el 4 de marzo, 22 países en tres continentes diferentes han anunciado o implementado el cierre de escuelas. Hace solo dos semanas, China era el único país que había ordenado cierres. La escala global y la velocidad de la interrupción educativa actual no tienen precedentes. Estas medidas también puede afectar la disminución de la productividad económica de los padres.
El cierre de escuelas en trece países para contener la propagación de COVID-19 está interrumpiendo la educación de 290.5 millones de estudiantes en el mundo, una cifra sin precedentes, informó la UNESCO, que está brindando apoyo inmediato a los Gobiernos, con medidas como la educación a distancia inclusiva.
"Estamos trabajando con los países para asegurar la continuidad del aprendizaje para todos, especialmente los niños y jóvenes desfavorecidos que tienden a ser los más afectados por el cierre de escuelas", dijo Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
"Si bien los cierres temporales de escuelas como resultado de la salud y otras crisis no son nuevos, desafortunadamente, la escala global y la velocidad de la interrupción educativa actual no tienen precedentes y, si se prolongan, podrían amenazar el derecho a la educación", acotó.
La UNESCO convocará una reunión de emergencia de ministros de educación el 10 de marzo para compartir respuestas y estrategias para mantener la continuidad del aprendizaje y garantizar la inclusión y la equidad.
Desde el 4 de marzo, 22 países en tres continentes diferentes han anunciado o implementado el cierre de escuelas. Hace solo dos semanas, China era el único país que había implementado la medida.
Trece países han cerrado escuelas en el mundo, impactando a 290,5 millones de niños y jóvenes que normalmente asistirían a clases de preprimaria a secundaria superior. Otros nueve países han instumentado cierres escolares localizados para prevenir o contener COVID-19. Si éstos también ordenaran el cierre de escuelas en todo su territorio, 180 millones de niños y jóvenes más no asistirían a la escuela.
En respuesta, la UNESCO apoya la implementación de programas de educación a distancia a gran escala y recomienda aplicaciones y plataformas educativas abiertas que las escuelas y los maestros pueden utilizar para llegar a los alumnos de forma remota. La organización comparte las mejores prácticas para aprovechar las tecnologías móviles de bajo costo con fines de enseñanza y aprendizaje para mitigar las interrupciones educativas.
El cierre de escuelas interrumpe la educación
El cierre de escuelas, incluso cuando es temporal, es problemático por numerosas razones, asegura la UNESCO.
Lo más importante es una reducción en el tiempo de instrucción, que afecta el logro del aprendizaje.
“Cuando las escuelas cierran, el rendimiento educativo sufre. La interrupción de la escolarización también conduce a otras pérdidas más difíciles de medir, incluidos los inconvenientes para las familias y la disminución de la productividad económica a medida que los padres luchan por equilibrar las obligaciones laborales con el cuidado infantil”, señala la agencia.
Los cierres también agravan las desigualdades educativas: las familias económicamente favorecidas tienden a tener niveles más altos de educación y más recursos para llenar las brechas de aprendizaje y proporcionar actividades de enriquecimiento a los niños que no pueden asistir a la escuela.
La UNESCO está trabajando urgentemente para responder a COVID-19, una importante crisis de salud que ahora afecta a todo el planeta. La organización continuará monitoreando el tamaño, la escala y la extensión geográfica de los cierres de escuelas, y está lista para apoyar a los países a medida que adopten medidas inclusivas apropiadas. Noticias ONU