San Juan, 26 sep (EFE).- Puerto Rico continúa hoy atravesando por una situación crítica a causa del paso del huracán María que destrozó sus infraestructuras, lo que mantiene a la isla sin prácticamente suministro eléctrico, mientras que el combustible escasea en las calles debido a problemas de distribución.
El secretario de Asuntos Públicos del Gobierno, Ramón Rosario, dijo hoy en una rueda de prensa que casi una semana después del ciclón solo unos pocos hospitales cuentan con servicio de electricidad, aunque durante la jornada estas infraestructuras, incluso, sufrieron problemas.
El Centro Medico de San Juan, el Hospital San Pablo y el Hospital de Mayagüez son, junto a la localidad de Mayagüez, las únicas "islas" que, con problemas, mantienen servicio eléctrico, con el resto del país sobreviviendo con plantas de diesel.
Rosario resaltó que la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) tiene como prioridad ahora proveer electricidad al resto de los cerca de veinte hospitales que operan.
El funcionario explicó que otro de los problemas es la llegada del combustible a las gasolineras, ya que hay gasolina y diesel, pero las estaciones no han abierto mayoritariamente por la falta de seguridad.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, pide paciencia mientras cada día crecen más las filas, kilométricas en algunos casos, para abastecerse en las pocas estaciones de gasolinas abiertas, mientras, lentamente, van abriendo en horario limitado supermercados y restaurantes.
"Puerto Rico estamos trabajando fuerte para levantarnos", es el mensaje que divulgó hoy a través de la red social de Twitter la compañía estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE), en un intento de levantar el ánimo a una población con la moral por los suelos y a cuyos sectores más desfavorecidos que viven en zonas remotas la ayuda llega, literalmente, con cuenta gotas.
El director de la Autoridad de Puertos, Omar Marrero, anunció que pronto -sin precisar fecha- mejorará la distribución del servicio de combustible, que como reconoció es básico para que el comercio, que sobrevive ahora mismo con plantas generadoras, se reactive y la cadena productiva comience a moverse y dinamizar la economía.
Rosario explicó que el problema es la distribución y que se va a tratar de solucionar la apertura de las gasolineras -los propietarios temen asaltos- con la ayuda de protección de la Guardia Nacional.
Puerto Rico no está solo, ya que además de la ayuda que llega desde Estados Unidos, país al que está unido como Estado Libre Asociado, se anunció ayuda proveniente de España y República Dominicana, a los que se ha unido también Cuba con refuerzos para atender necesidades médicas y de la infraestructura eléctrica.
Marrero informó de que los puertos permanecen abiertos durante el día -el toque de queda permanece indefinidamente de 5 de la tarde a 7 de la mañana- a excepción de los de Arecibo y Mayagüez.
Además, ayer llegaron a Puerto Rico ocho embarcaciones con suministros que ahora deberán distribuirse a la población.
En el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín de San Juan la actividad es limitada y solo operan cerca de una decena de vuelos con destino a EE.UU., mientras que se espera que los vuelos internacionales se reanuden durante el próximo fin de semana.
Los aeródromos de Aguadilla, Mercedita en Ponce, Isla Grande en San Juan, Ceiba y Vieques lo hacen de forma parcial.
Rosario dio a conocer que los empleados públicos tienen la obligación a partir de hoy de presentarse en sus puertos de trabajo.
El Gobierno detalló que la cifra oficial de muertos relacionados directamente con el paso del huracán María es de 16.
Una de las mayores preocupaciones actualmente llega del área oeste de la isla, en concreto de la represa de Guajataca en el Municipio de Quebradillas, a causa de los daños que ha sufrido, que según el Ejecutivo que lidera Ricardo Rosselló podría provocar su rotura, motivo por el que se ha pedido la evacuación de la población circundante.
Rosario precisó que el Cuerpo de Ingenieros federal evalúa la situación en Guajataca y que ayer la represa fue examinada por especialistas que conocían la infraestructura, pero que las personas que viven en las cercanías deben abandonar el área porque hay riesgo de rotura.
Hasta el momento han sido rescatadas un total de 5.500 personas que sufrieron algún tipo de percance durante el paso del huracán y 1.300 miembros de la Guardia Nacional patrullan las calles junto a la Policía para garantizar la seguridad.
La inseguridad no es un problema generalizado, pero fueron arrestadas 36 personas por violar el toque de queda y una cifra similar por robos y causar daños.
El número de personas que pernoctan en refugios se aproxima a las 11.000. México :: Sociedad