La reunión de dos días en Estambul se enfocó en problemas de seguridad alimentaria y nutrición, incluyendo el impacto del cambio climático. Una reducción en la cantidad de alimentos desperdiciados mejoraría la seguridad alimentaria, dijeron los ministros en su comunicado final.
"Notamos con gran preocupación la magnitud significativa de la pérdida y desperdicio de alimentos (...) y sus consecuencias negativas para la seguridad alimentaria, la nutrición, el uso de recursos naturales y el medioambiente", dijeron los ministros.
"Destacamos esto como un problema global de un enorme significado económico, medioambiental y social", agregaron.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) dijo el año pasado que anualmente se pierden o desperdician unos 1.300 millones de toneladas de alimentos, o cerca de un 30 por ciento de la producción global.
Agencias de la ONU dijeron que eso alimentaría fácilmente a los 800 millones de hambrientos del mundo.
Para enfrentar el problema, los países necesitan mejores estimaciones de la cantidad de alimentos que desperdician, así como cálculos del impacto económico por la pérdida de éstos, afirmaron los ministros del G-20.