sábado, 25 de noviembre de 2017

Trump busca utilizar Inteligencia artificial para investigar las solicitudes de admisión en EEUU

Importantes investigadores criticaron un plan del gobierno de EEUU por el cual se usarían métodos de inteligencia artificial para investigar las solicitudes de admisión en Estados Unidos, afirmando que es imposible llevar a la práctica en su forma actual y que probablemente resulte “inexacto y tendencioso”.

Más de 50 matemáticos, científicos especializados en manejo de datos y otros expertos en la toma de decisiones automatizada exhortaron al Departamento de Seguridad Nacional a que deje de lado el proyecto, llamado “Iniciativa de Averiguación de Antecedentes Extrema”.

El plan responde a las repetidas promesas del presidente Donald Trump durante su campaña electoral de someter a los extranjeros que quieren ser admitidos en Estados Unidos a un escrutinio ideológico más intenso o, como dijo él, a un proceso “extremo de averiguación de antecedentes” (“extreme vetting”).

Durante el verano boreal, el Departamento de Seguridad Nacional publicó una “declaración de objetivos” relacionada con un sistema que usaría algoritmos de computadoras para revisar las redes sociales y otros materiales que puedan indicar que un solicitante es una persona indeseable y para vigilar también las actividades de los extranjeros que ya están en el país.

La meta, señaló el documento, es hacer que las computadoras determinen si un inmigrante “se propone cometer actos delictivos o terroristas” y las posibilidades de que sean “miembros de la comunidad que hacen aportes positivos”.

En una carta enviada al Departamento de Seguridad Nacional el jueves, los expertos afirman que el planeado enfoque “no es apropiado ni es viable”.

EL PROYECTO

En el documento, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (Conocido como ICE, por sus siglas en inglés) decía que estaba buscando un contratista para automatizar la averiguación de los antecedentes de los extranjeros que quieren ingresar al país, ya sea temporal o permanentemente. Describía planes para revisar Facebook, Twitter, LinkedIn, portales académicos y otras fuentes de datos disponibles al público, y luego usar técnicas de inteligencia artificial para analizar esa información y seguir revisando esas fuentes.

Es de esperar que el contratista genere al menos 10.000 pistas dignas de investigar por año, las cuales serán enviadas a los agentes federales, de acuerdo con el documento.

El ICE desistió de comentar la iniciativa. Pero no ha actualizado sus presentaciones a las empresas interesadas desde agosto, lo que podría ser un indicio de que el proyecto sería dejado de lado o modificado significativamente. La Casa Blanca, en todo caso, presiona para que se tomen medidas de admisión más estrictas a corto plazo.

Horas después de un ataque letal con un camión el 31 de octubre en Nueva York, Trump dijo en su cuenta de Twitter que había “ordenado a Seguridad Nacional que intensificase nuestro programa de averiguación de antecedentes ya de por sí estricto. Ser políticamente correcto está bien, ¡pero no con esto!”. Trump instó asimismo al Congreso a eliminar un programa de visas por sorteo que permitió la llegada en el 2010 del inmigrante uzbeko Sayfullo Saipov, quien mató a ocho personas, incluidos cinco turistas argentinos, al arrollarlos con un camión.

Trump ha hecho varios intentos por restringir el ingreso de extranjeros a Estados Unidos, pero sus iniciativas no han sido bien recibidas por los tribunales.

AVERIGUACIÓN DE ANTECEDENTES

Expertos en tecnología, tanto académicos como especialistas en computación de firmas como Google y Microsoft, han dicho que los métodos actuales de inteligencia artificial no son capaces de hacer las evaluaciones que busca el gobierno.

“Ni el gobierno federal ni nadie ha definido, y mucho menos tratado de cuantificar, estas características”, destacaron los expertos. “Los algoritmos diseñados para predecir estas cualidades no especificadas podrían ser usadas arbitrariamente para vetar grupos de inmigrantes bajo un manto de objetividad”.

Entre los problemas figura el de que, a diferencia de los algoritmos que estudian el sistema de justicia penal, donde no hay escasez de casos, el banco de datos que podría ayudar a predecir inclinaciones terroristas es limitado.

“En el contexto de la seguridad nacional es mucho más difícil investigar el problema porque hay un par de casos al año”, dijo el investigador Joshua Kroll, quien está sacando un doctorado en Berkley y es uno de los firmantes de la carta.

Un empleado de un contratista que asistió a una reunión informativa del ICE en julio dijo que el sistema contemplado simplemente ampliaría el trabajo de análisis de datos que ya llevan a cabo muchas empresas para ayudar al gobierno a investigar a los solicitantes de visas. No le daría a los contratistas autoridad legal alguna para aprobar o denegar los beneficios de inmigración, de acuerdo con Bill Carney, de la consultora McManis & Monsalve Associates.

Pero Jacob Shapiro, profesor de política de la Universidad de Princeton que asistió también a una de esas conferencias como presidente de una firma analítica, Giant Oak, opinó que la efectividad del sistema de averiguación de antecedentes dependerá de cómo es diseñado.

“Hay muchas formas de conseguir los objetivos declarados, algunas de las cuales podrían hacer que el sistema sea más justo, equitativo y rápido para quienes quieren inmigrar”, manifestó Shapiro. “Pero otros modelos pueden ser tendenciosos e injustos, como puede ocurrir con cualquier algoritmo”.

LA BÚSQUEDA DE CONTRATISITAS

Los activistas que coordinaron el envío de la carta de expertos y de otra de organizaciones de la sociedad civil han tratado de convencer a firmas como IBM de que no participen en la iniciativa. IBM dijo esta semana que su presencia en una conferencia del gobierno no implica que va a tratar de conseguir el contrato.

“Por ahora no hay nada y es prematuro decir siquiera si hay alguna oportunidad de que IBM considere involucrarse”, expresó el portavoz de la empresa Ian Coley.

David Robinson, profesor de derecho de la Universidad de Georgetown y cofundador de Upturn, un grupo que estudia las implicaciones de las nuevas tecnologías en los derechos civiles, dijo que el proyecto no tiene sentido y no refleja ninguna escala de valores.

“No es algo que alguien debería querer hacer”, sostuvo Robinson, que firmó la carta de expertos. “Piense lo que piense uno sobre las reglas de inmigración, esto es una locura. Es una locura disfrazada de ciencia”  EEUU