WASHINGTON (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retractó el miércoles y abandonó su política de separar a los niños inmigrantes de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México, luego de que imágenes de jóvenes enjaulados desataron indignación en el país y en el extranjero.
Trump firmó un decreto que ordena que las familias inmigrantes sean detenidas juntas cuando son atrapadas ingresando ilegalmente al país y que permanezcan en prisión durante el lapso que dure su proceso penal.
Si bien el cambio puede poner fin a una iniciativa que provocó la ira desde el clero hasta líderes empresariales, así como la condena en el extranjero, incluida la del Papa Francisco, también puede significar que los niños inmigrantes estén bajo custodia de manera indefinida.
El Gobierno de Trump aún enfrenta desafíos legales debido a una orden judicial que limita el tiempo en el que las autoridades de inmigración pueden mantener detenidos a menores, así como la posibilidad de que se desencadenen nuevas críticas a las políticas de inmigración de línea dura del republicano.
Funcionarios del Gobierno no pudieron aclarar si las separaciones familiares terminarían inmediatamente o cuándo y cómo se reunirían las familias ahora separadas.
“Todavía es muy pronto y estamos esperando más orientación sobre el asunto”, dijo Brian Marriott, portavoz de la Administración para Niños y Familias del Departamento de Salud y Servicios Humanos. “La reunificación es siempre el objetivo final de los encargados del cuidado” de los niños no acompañados y “el Gobierno está trabajando hacia ese objetivo” para los detenidos.
El decreto de Trump, un cambio inusual de su postura, prioriza los procedimientos migratorios de padres con hijos, pero no termina con una política de “cero tolerancia” que exige el enjuiciamiento penal cuando cruzan irregularmente.
“Se trata de mantener a las familias unidas, mientras que al mismo tiempo nos aseguramos de tener una frontera muy poderosa y muy fuerte”, dijo Trump al firmar el decreto en una reunión organizada apresuradamente en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Los gobiernos de México y algunos países de Centroamérica dieron la bienvenida a la decisión de Trump el miércoles, pero dijeron que permanecerían atentos para garantizar que se respeten los derechos de sus ciudadanos.
Trump, que frecuentemente mira los noticieros de televisión, reconoció que la separación de familias era un problema político que crecía, dijeron fuentes de la Casa Blanca. La primera dama Melania Trump, en conversaciones privadas con el presidente, lo instó a hacer algo, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
En la Oficina Oval, Trump dijo que también había escuchado la opinión de su hija y asistente, Ivanka Trump, sobre la política.
“Ivanka tiene una opinión muy clara. Mi esposa tiene una opinión muy clara al respecto. Yo tengo una opinión muy clara. Creo que cualquier persona con un corazón tendría una opinión muy clara”, agregó.
Reporte de Roberta Rampton y Steve Holland, informes adicionales de Alison Frankel en Nueva York, Eric Beech, Susan Cornwell, Amanda Becker y Mohammad Zargham en Washington, Gustavo Palencia en Tegucigalpa y Diego Ore en la Ciudad de México; Escrito por John Whitesides y Dan Burns; editado en español por Carlos Serrano y Javier López de Lérida Reuters