Washington, 16 may (EFE).- Hatice Cengiz, la prometida del periodista saudí Jamal Khashoggi, recordó este jueves al mundo, y en especial a Estados Unidos, su inacción ante el asesinato del reportero, de quien dijo en Washington que llegó a este país esperanzado en convertirse en voz de los que no podían expresarse en Arabia Saudí.
Invitada por el Comité de Exteriores de la Cámara Baja, Cengiz pisó por primera vez la capital estadounidense, donde residía Khashoggi, para reclamar Justicia y pedir al Congreso y al Gobierno de EE.UU. que investiguen lo ocurrido e impongan sanciones a Riad.
"No puedo entender que el mundo todavía no haya hecho nada al respecto", declaró durante su comparecencia ante los legisladores en una audiencia de casi una hora y 45 minutos, que fue bautizada como "Los peligros de informar sobre derechos humanos".
"Estoy pidiendo Justicia y no puedo encontrar las palabras para expresar mis sentimientos al respecto", agregó Cengiz, de nacionalidad turca.
La joven, ataviada de negro, inició su testimonio relatando que su prometido le decía que Washington era una "ciudad hermosa", donde llevarían "una vida hermosa".
Asistida por un intérprete, Cengiz recordó que Khashoggi se mudó a Estados Unidos porque había personas en las cárceles en Arabia Saudí que "no podían expresar sus opiniones", y él se sintió "responsable" de ellos y podía ser su voz.
Sus planes se truncaron cuando en octubre pasado fue asesinado en el consulado de su país en Estambul, adonde acudió a recoger unos documentos para casarse con Cengiz. Sin embargo, no volvió a salir vivo del edificio.
La que fuera su novia lamentó este jueves que siete meses después "no se haya hecho nada": "Y es por eso que estoy aquí hoy", sentenció Cengiz.
Sugirió que el Congreso estadounidense emprenda una investigación internacional y presione a Arabia Saudí para que comparta información con el público y EE.UU. "Eso podría ser una gran cosa", opinó.
También pidió la ayuda del presidente estadounidense, Donald Trump, quien, aseguró, la invitó a la Casa Blanca en los días siguientes a los hechos que rodearon el asesinato de su prometido.
"Creo que los intereses internacionales no siempre deben reemplazar los valores", apuntó Cengiz, quien admitió que tras la muerte del periodista confiaba en que Washington la ayudaría a aclarar la situación.
La jornada en la capital culminó para Cengiz con un homenaje a Khashoggi, en el que participaron integrantes de ambas cámaras del Congreso estadounidense.
Flanqueada por una pintura con la imagen de su prometido, Cengiz deslizó varias lágrimas mientras conversaba con algunos de los asistentes que se acercaron a saludarla.
Tras la desaparición de Khashoggi, que trabajaba para el diario The Washington Post, Arabia Saudí dijo que el periodista había salido por su propio pie del consulado.
Con el paso de los días, la presión internacional y las pruebas en manos de Turquía, el reino admitió que el periodista había muerto en sus dependencias, pero en esa primera versión alegaba que falleció en una pelea. Riad reconoció luego que había sido un asesinato premeditado.
En el consulado, a Khashoggi le esperaba una quincena de agentes saudíes que habían llegado a Estambul la noche anterior, entre ellos cuatro miembros del equipo de seguridad del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, quien, no obstante, ha negado cualquier vinculación con el crimen.
Ante los congresistas, Cengiz se quejó de que los procedimientos legales seguidos por Arabia Saudí no hayan sido "transparentes".
"Todavía no sabemos por qué lo mataron. No sabemos dónde está su cadáver", lamentó.
A la audiencia también asistió como invitado, entre otros, el director ejecutivo del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), Joel Simon
Simon indicó que su organización ha documentado desde 1992 un total de 1.340 periodistas asesinados en relación con su trabajo, y que en 2018 contabilizaron un total de 250 informadores presos, 151 de ellos dedicados a temas de derechos humanos.
Asimismo, alertó sobre la importancia del papel de la tecnología, al referirse a informes de grupos de derechos digitales que han advertido de una "arma cibernética", comercializada por una empresa israelí. que habría permitido que el Gobierno saudí escuchara las conversaciones entre Khashoggi y un disidente de su país. :: EFE USA -
Hatice Cengiz, la novia del periodista saudí asesinado Jamal Ahmad Khashogg. EFE/Archivo