
Los simpatizantes esperan que la regulación ayude a disuadir el uso de cigarrillos electrónicos entre los menores de edad, pero los críticos dicen que la medida complicará que los adultos obtengan una alternativa a los cigarrillos regulares.
San Francisco es una ciudad que celebra su cultura de la marihuana, pero aparentemente se opone radicalmente a otros vicios. El año pasado, los votantes aprobaron una prohibición a la venta de tabaco de sabores y en el 2016 accedieron a un impuesto a las bebidas azucaradas.
El fabricante de cigarrillos electrónicos Juul Labs, con sede en San Francisco, asegura que está en contra del uso de vapeadores entre los jóvenes.
La empresa trabaja en una propuesta - a incluirse en la boleta electoral - que regularía la venta de cigarrillos electrónicos, sin prohibirla por completo. AP