jueves, 4 de julio de 2019

Imágenes de centros migratorios opacan el 4 de julio

“Inhumano”. “Vergonzoso”. “Intolerable”. “Brutal”. Las continuas revelaciones sobre las precarias condiciones y el peligroso sobrecupo en los centros de detención de la Patrulla Fronteriza han generado indignación en la opinión pública, y algunas personas han salido a las calles para denunciar una situación que _acusan_ va en contra de los principios de Estados Unidos, a un día de que se celebre un año más de la independencia del país.

El furor en torno a las políticas migratorias del presidente Donald Trump se presenta en momentos en que el gobierno declaró el miércoles que está en busca de propiedades adicionales para retener de manera permanente a los menores que cruzan la frontera sin compañía de un adulto. 

Jerry Gonzalez, director ejecutivo de la Asociación de Funcionarios Electos Latinos de Georgia, dijo que el anuncio es preocupante considerando el “historial (del gobierno) de abusos y negligencia infantil que hemos visto a nivel nacional”. Atlanta es una de las cinco posibles locaciones para albergar nuevas instalaciones que puedan recibir hasta a 500 menores.

“No creo que este gobierno sea capaz de administrar el programa de manera humana”, dijo Gonzalez.

Los titulares noticiosos y las desgarradoras imágenes que se han difundido en los últimos días y semanas son un crudo recordatorio para los estadounidenses lejos que viven lejos de la frontera que existe una crisis para la que no parece haber muchas soluciones disponibles: Un inmigrante y su pequeña hija se ahogaron mientras intentaban cruzar el Río Bravo. Los reportes de infantes, niños y adolescentes encerrados sin agua ni alimentación adecuada. Revelaciones del fallecimiento de cinco niños bajo custodia de la Patrulla Fronteriza desde diciembre.

El organismo de control interno del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) difundió el martes nuevos detalles sobre el grave hacinamiento en el Valle del Río Grande, en Texas, el corredor más concurrido para cruces fronterizos ilegales, y resaltó que en tres de las instalaciones los menores no tienen acceso a duchas y que algunos niños de menos de 7 años de edad han estado detenidos en condiciones precarias durante más de dos semanas. Algunas de las celdas tenían tal sobrecupo que los adultos se veían obligados a mantenerse de pie durante días.

Inspectores gubernamentales describieron una situación cada vez más peligrosa, tanto para los migrantes como para los agentes, debido a intentos de fuga y a que los detenidos utilizaban calcetines para tapar las cañerías a fin de poder salir de las celdas mientras recibían mantenimiento. Es “una bomba de tiempo”, dijo el administrador de uno de los centros.

El reporte evoca los hallazgos que realizó en mayo la inspección general del departamento en los centros de detención de El Paso, Texas: 900 personas recluidas en una celda con capacidad máxima para 125; detenidos de pie sobre los retretes para tener espacio para respirar; otros que vestían ropa sucia durante días o semanas.

Todo eso tiene eco: Cientos de personas, desde Rhode Island y Vermont hasta Texas y California, han salido a protestar esta semana, mientras que el hashtag #CloseTheCamps (#CierrenLosCampamentos) se arraiga en redes sociales. Unos 50 manifestantes de un grupo judío se reunieron el miércoles afuera de una cárcel del condado de Orange en donde hay inmigrantes detenidos. Algunos se tomaron de los brazos y bloquearon la entrada a las instalaciones. Entonaron consignas y oraron por los niños migrantes que han muerto en custodia del gobierno.

“La comunidad judía se ha beneficiado mucho de este país como una comunidad inmigrante, y tenemos la obligación de asegurarnos de que no haya tortura y que las fronteras permanezcan abiertas a las personas que buscan refugiarse de la violencia y la pobreza”, dijo Aryeh Cohen, rabino y profesor que participó en la protesta.

Hay más protestas planeadas para el feriado del 4 de julio, incluyendo una organizada por activistas judíos de Filadelfia que comparan la detención de los migrantes al trato que recibieron los judíos en la Alemania Nazi.

Todo esto ocurre mientras el presidente Donald Trump promete un “espectáculo único” para los cientos de miles de personas que viajen al complejo de monumentos National Mall de Washington, para celebrar el 4 de julio. Hay tanques en el lugar para el despliegue de poderío militar.

El Día de la Independencia, dijo la senadora demócrata Dianne Feinstein, es “un momento para celebrar el nacimiento de nuestro país y los principios fundamentales en los que se basa. Pero es difícil creer que alguien sienta mucho orgullo al ver las imágenes provenientes de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza. Comparadas con los ideales establecidos en los documentos de nuestra fundación e inscritos en la base de la Estatua de la Libertad, la situación en nuestra frontera sur es un tanto hipócrita”.

Trump dijo el miércoles que los agentes de la Patrulla Fronteriza “no son trabajadores de hospital, médicos o enfermeras” y nuevamente culpó a los demócratas por rechazar sus propuestas para reparar el sistema migratorio.

“Si los inmigrantes ilegales no están contentos con las condiciones en los centros de detención construidos o reacondicionados a toda prisa, pues díganles que no vengan. Problema resuelto”, tuiteó el mandatario.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) reportó a mediados de mayo que tenía detenidas a 16.000 personas, muchas de ellas en celdas equipadas con poco más que unas bancas de concreto y un retrete a la vista de todos. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), cuyas instalaciones están diseñadas para detenciones a largo plazo, tiene a más de 40.000 personas en custodia.

Cuando los inspectores gubernamentales visitaron el Valle del Río Grande el mes pasado, la Patrulla Fronteriza tenía detenidas a unas 8.000 personas en tan sólo cinco instalaciones, y 3.400 de ellas llevaban en custodia más de las 72 horas que por lo general se permiten. Más de 800 niños llevaban en el lugar más de 72 horas, y muchos de ellos llevaban más de una semana detenidos.

Al mismo tiempo, las instalaciones de estancia prolongada del ICE, a las que se supone se debe trasladar a los detenidos, tenían más de 54.000 camas ocupadas a nivel nacional, a pesar de contar con fondos para únicamente 42.000.

“Nos preocupa que el hacinamiento y la detención prolongada representen un riesgo inmediato a la salud y seguridad de los agentes del DHS y los detenidos”, señala el reporte del inspector general. El informe incluía imágenes de mujeres y niños detenidos, entre ellos infantes en pañales, recostados uno junto al otro en el suelo de una celda. En otra fotografía se ve a 88 hombres recluidos en una celda con capacidad para 41 personas. Uno de ellos puso contra la ventana un letrero con la leyenda: “Auxilio, 40 días aquí”.

El lunes, Trump firmó un paquete de 4.600 millones de dólares para mejorar las condiciones en la frontera sur. Y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, que recibe de la Patrulla Fronteriza a los niños sin compañía adulta, anunció el miércoles que se evalúa la instalación de centros de detención adicionales en las inmediaciones de Atlanta, Phoenix, Dallas, Houston y San Antonio, Texas. La dependencia busca arrendamientos a 20 años para la mayoría de los sitios, un indicio de que no prevén que la situación mejore.

Kevin McAleenan, secretario interino de Seguridad Nacional, indicó que se prevé que los arrestos en la frontera con México caigan en junio un 25% respecto al mes previo, lo que pondría fin a una alarmante serie de incrementos mensuales en la llegada de familias —particularmente de Guatemala, Honduras y El Salvador— y que es acorde con la tendencia de verano, cuando los cruces fronterizos ilegales tienden a caer por ser los meses más calurosos, y por lo tanto más peligrosos.

De cualquier forma, Trump promete que las redadas para detener a los inmigrantes que están sin autorización en el país — medida que se postergó el mes pasado — comenzarán después del feriado del 4 de julio, lo que significa que se necesitaría más espacio para detener a más personas todavía. Supuestamente, los agentes del ICE ya están preparados y listos para iniciar con los operativos en distintas partes del país.

“Después del 4 de julio”, dijo Trump a los reporteros esta semana, “muchas personas saldrán de nuevo”. AP