Este año, el mundo conmemora por primera vez el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial desde el fallecimiento de Nelson Mandela, ex-Presidente de Sudáfrica.
Este triste hecho nos recuerda al mismo tiempo su lucha contra el apartheid y su triunfo ejemplar sobre los poderes racistas que lo tuvieron encarcelado durante 27 años.
La Asamblea General, con el fin de solidarizarse con el movimiento antiapartheid, decidió instituir este día para conmemorar la masacre de Sharpeville de 1960, en la que murieron 69 personas y otras muchas resultaron heridas cuando la policía abrió fuego contra una manifestación pacífica que protestaba por las deplorables leyes de pases de Sudáfrica.
La trayectoria de Nelson Mandela del confinamiento a la presidencia fue la victoria de una persona extraordinaria sobre las fuerzas del odio, la ignorancia y el miedo, y demuestra cómo la valentía, la reconciliación y el perdón son capaces de sobreponerse a la injusticia de la discriminación racial.
Mandela eligió Sharpeville para firmar la histórica Constitución sudafricana de 1996. En aquella ocasión, el Presidente Mandela dijo: «De los muchos Sharpevilles que jalonan nuestra historia ha surgido la determinación inquebrantable de consagrar el respeto a la vida, la libertad y el bienestar del ser humano como derechos que ningún poder tenga en su mano restringir».
Hoy, evocamos el recuerdo de Sharpeville como símbolo del terrible fruto de la discriminación racial y rendimos homenaje a quienes perdieron la vida en aquella masacre. Al mismo tiempo, recordamos que el Presidente Mandela inmortalizó el legado de Sharpeville con su resolución irrenunciable de proteger la dignidad y los derechos de todo el mundo.
La experiencia de Sudáfrica y su férrea defensa de la igualdad ante «los muchos Sharpevilles» que hay en su historia se pueden aplicar a cualquier parte del mundo, no solo como respuesta ante las expresiones de racismo organizado e institucional, sino también en cualquier lugar donde se presente este pernicioso problema, incluidas las relaciones interpersonales.
Hago un llamamiento a todos, en particular a los líderes políticos, civiles y religiosos, para que condenen los mensajes y las ideas que se basen en el racismo, la superioridad racial o el odio, así como los que inciten al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas de intolerancia. En este Día, admitamos que la discriminación racial sigue constituyendo una peligrosa amenaza y comprometámonos a hacerle frente mediante el diálogo, inspirados por la demostrada capacidad individual de respetar, proteger y defender la rica diversidad de la familia humana.
Ban Ki-Moon
Secretario General de la ONU
Secretario General de la ONU