Ciudad de Washington, 6 de marzo de 2015. Este es “el año para la acción” en materia de igualdad de género, dice Caren Grown, directora superior para Cuestiones de Género (i) del Grupo Banco Mundial, con motivo del lanzamiento de nuevos objetivos mundiales para poner fin a la pobreza y el vigésimo aniversario de una importante plataforma para la toma de medidas sobre empoderamiento de las mujeres.
“Hemos logrado grandes avances en algunas esferas, por ejemplo, en disminuir las brechas de género entre niños y niñas en la educación primaria”, agrega. “Hemos comenzado a lograr progresos en términos de las tasas de matrícula y terminación de la escuela secundaria”, así como en materia de mortalidad materna en algunos países.
“Pero hay áreas importantes donde el progreso no se ha producido aún con la existencia de crecimiento económico e incluso de reformas políticas. Es lo que ha ocurrido en particular en cuanto a oportunidades económicas, a nivel de los mercados laborales y de la propiedad y el control de las mujeres de activos productivos, como la tierra y la vivienda”.
Es hora de convertir las metas y promesas de los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) de lucha contra la pobreza cuyo plazo expira (este año) y de la Plataforma de Acción de Beijing de 1995 “en resultados reales que empoderen a las mujeres y cierren las brechas de género entre las mujeres y los hombres” en todo el mundo.
“Para aquellos de nosotros que hemos trabajamos en este campo, este es el año para la acción”, señala. “Creo que me gustaría ver cómo pasamos del modo ‘por qué es importante’ al modo ‘cómo hacemos para lograrlo’”.
Los Gobiernos se reunirán este año para adoptar nuevos objetivos de desarrollo sostenible (i) que sucederán a los ODM, cuyos indicadores más rezagados incluyen metas relacionadas con la salud y el liderazgo de las mujeres. También celebrarán el vigésimo aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (i) y su Plataforma de Acción.
El 27 de febrero durante una visita a Chile, el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon (i) describió a la Plataforma de Beijing como “el plan internacional para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”, señalando que dos décadas después “se han logrado avances importantes, pero han sido lentos y desiguales”.
Un aumento significativo de la tasa de matrícula escolar de las niñas todavía debe traducirse en igualdad salarial, igualdad de oportunidades, y posibilidades equitativas de tomar decisiones sobre su propia vida, salud y trabajo. A nivel mundial, las niñas y las mujeres enfrentan múltiples obstáculos (i) derivados de leyes y costumbres discriminatorias, poniendo freno a su productividad e imponiéndoles costos en términos de oportunidades y otros costos a ellas, sus familias y la economía.
Grown se unió al Grupo Banco Mundial (GBM) en septiembre como su primera directora superior para Cuestiones de Género, después de desempeñarse como economista residente y codirectora del Programa de Análisis de las Cuestiones de Género en relación con la Economía de American University. Es autora y editora de seis libros, y fue además asesora superior para Cuestiones de Género y coordinadora superior interina para Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Grown prevé abordar las persistentes brechas de género mediante lo que considera palancas prometedoras para la transformación. Estas incluyen la creación de más y mejores empleos para las mujeres; la disminución de las brechas en materia de propiedad de la tierra, vivienda, activos y empresas; la lucha contra la violencia de género; la ampliación del acceso de las mujeres a los servicios bancarios y otros servicios financieros, y la cuantificación y la contabilidad adecuada de la mano de obra asociada a la llamada "economía del cuidado", en la que las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado en el mundo que consiste en atender a otras personas.
“Las brechas de género en los salarios forman parte de la vida económica, como los impuestos y la deuda. Son intangibles, [y] no se cierran”, en parte porque las mujeres y los hombres son separados y segregados en diferentes puestos de trabajo, dice. “Que las mujeres caigan en la parte inferior de la jerarquía laboral es algo a lo que realmente debemos prestar atención”.
La participación de los hombres también es vital, señala, añadiendo que la igualdad de género “también los beneficia a ellos”.
Datos y mediciones
Entre los temas de investigación de Grown, se incluyen la elaboración de nuevos métodos para medir la pobreza a nivel individual más que a nivel de los hogares, lo que proporcionará un panorama más preciso de la cantidad de mujeres en el mundo que son pobres y las causas de esto.
Fue pionera en la defensa de más y mejores datos sobre las mujeres y las niñas (i) y ha colaborado para aumentar las alianzas del Banco con el fin de llenar las lagunas de conocimiento relacionadas con el trabajo femenino, el uso del tiempo, la propiedad de activos, las estadísticas vitales, y el acceso a recursos como la tecnología o los fertilizantes, que pueden ayudar a identificar los puntos de partida para combatir la pobreza.
“Tenemos mucha tarea por hacer en cuanto a datos y estadísticas para poner de relieve el trabajo que hacen las mujeres”, dice.
“Una de las primeras acciones es aumentar los datos sobre el trabajo no remunerado que realizan las mujeres, ya sea a través de encuestas sobre el uso del tiempo o la fuerza laboral. También tenemos mucho por hacer para medir la producción de subsistencia, el espíritu empresarial y los activos físicos y financieros que las mujeres y los hombres tienen dentro de los hogares”.
“Creo que si tuviéramos información no solo sobre el tiempo que los hombres y las mujeres pasan en diferentes ocupaciones, sino también una manera de valorarlo, esto nos inspiraría a hacer mucho más”.