El 40 por ciento de los habitantes de América Latina tiene un jefe de Estado mujer, y la participación femenina en el poder político es particularmente elevada y en crecimiento.
Sin embargo, este papel político en ascenso choca todavía con una fuerte cultura masculina, que se traduce en discriminación y una difundida violencia de género.
El escenario de las mujeres política en América Latina se muestra así con fuertes contrastes, pero también una rápida evolución.
El instituto Mediafriends, que estudia las tendencias de la información internacional, hizo un balance del papel femenino en la política sudamericana, reuniendo en Roma a varios embajadores en Italia de países del área.
América Latina tiene un porcentaje de jefes de Estado mujer que no tiene igual en Europa, subrayó Roberto Montoya, de Mediatrends: Dilma Rousseff en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner en la Argentina, Michelle Bachelet en Chile, los tres países forman casi el 40 por ciento de la población del continente. Carlos Cherniak, ministro plenipotenciario de la Argentina, recordó el papel central de las mujeres en la historia reciente de su país, desde Evita a las muchas víctimas de la dictadura, hasta las madres y abuelas de Plaza de Mayo.
Pero, agregó el diplomático argentino, "no necesariamente la cantidad de mujeres en política lleva a un cambio de la política misma. Hace falta un cambio cultural más vasto de la sociedad".
El embajador brasileño Ricardo Neiva Tavares recordó las iniciativas que ponen a la vanguardia a su país en la lucha contra la discriminación de genero, desde las estructuras para la ayuda a la mujer maltratada hasta las líneas de crédito reservadas a las empresarias.
En Brasil, el aumento de sueldos de las mujeres es superior al de los hombres. Todo esto se tradujo en una mayor participación femenina en la política.
Sin embargo aún hay mucho camino por recorrer. El embajador chileno mostró que los países latinoamericanos que introdujeron un cupo femenino lograron llevar la representación de mujeres en el parlamento a más del 45 por ciento.
En Chile, donde ese cupo no existe, las diputadas son sólo el 15 por ciento. Por su parte, la presidenta Michelle Bachelet quiere introducir ese sistema de cupos.
Pero la resistencia cultural de los hombres aún es fuerte. La embajadora de El Salvador, Aida Luz Santos de Escobar, dijo que cuando en América Latina la mujer se vuelve más autónoma, aumentan los divorcios.
También los otros embajadores presentes, desde Stephanie Hochstetter de Guatemala a Julián Isaías Rodríguez de Venezuela y Juan Fernando Holguín Flores de Ecuador, trazaron un cuadro muy contrastado de sus respectivos países.
Por un lado, mujeres fuertes que se afirman en política, pero por otro también mujeres sometidas a culturas no evolucionadas y machistas.