El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, instó hoy a la Unión Europea (UE) a acordar el reparto de 200.000 refugiados entre los 28 países comunitarios según cuotas obligatorias.
Refugiados siguen atrapados en Hungría
La ONU alertó el jueves (4.9.2015) sobre la necesidad de crear 200.000 plazas para reubicar a los refugiados que están llegando a Europa y de que el fracaso del continente en dar una respuesta común a la crisis sólo ha beneficiado a las redes de traficantes de personas.
"Una estimación muy preliminar indica que potencialmente se necesitará aumentar las plazas de reubicación hasta las 200.000", dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres.
En línea con la posición común que ayer anunciaron Francia y Alemania, el responsable indicó que todos los países de la Unión Europea (UE) deben tener "una participación obligatoria" en el programa masivo de reubicación, del que han de beneficiarse todos aquellos que necesitan protección internacional.
Entretanto, 500 refugiados pasaron la noche en un tren, en la localidad de Bicske, Hungría, donde la situación se está agravando debido a que muchas personas, según fuentes de la Policía húngara, se niegan a ser registradas porque no quieren que se las trasladade a campamentos provisorios e insisten en seguir viaje hacia Alemania. El vicejefe de las autoridades húngaras de migración, Attila Kiss, dijo que aquellas personas que se nieguen a ser registradas serían deportadas al país desde donde llegaron a Hungría, según las normas vigentes en ese país, que sería Serbia.
Según la legislación de la Unión Europea (UE), una vez que los refugiados son registrados en un país comunitario, es esa nación la que debe hacerse cargo de procesar su solicitud de asilo. En las últimas 24 horas llegaron a Hungría más de 3.000 nuevos refugiados, según informó la policía de Budapest, que en las últimas horas arresto a 11 traficantes de personas. A partir del 15 de septiembre Hungría quiere reforzar el control policial y militar de la valla construida en la frontera con Serbia, para lo que el Parlamento aprobará hoy una reforma de la ley.
En tanto el primer ministro húngaro, Viktor Orban, se mostró este viernes (4.9.2015) en contra de la acogida de migrantes musulmanes. Hay que respetar que otros países decidiesen hace tiempo convivir con musulmanes, apuntó Orban en declaraciones a la radio húngara. Pero "nosotros también tenemos el derecho a decidir si queremos seguir ese ejemplo", agregó el mandatario, que desaconsejó hacerlo. Orban, conservador de derechas, reiteró sus críticas a la política de refugiados de Alemania. El jueves aseguró desde Bruselas que la actual crisis es un "problema alemán".
"Solidaridad no es solo para pocos"
"La solidaridad no puede ser sólo la responsabilidad de algunos pocos miembros de la UE", comentó, por su parte, Antonio Guterres, de ACNUR. Alemania y Francia están
Llama UE a repartición justa de refugiados
finalizando una propuesta común que presentarán en los próximos días a las instancias europeas para la instauración de un sistema de cuotas de acogida de refugiados en el que participen de forma obligatoria todos los países del bloque.
Los países más afectados por la crisis migratoria son, por una parte, Italia y Grecia, que actúan como puertas de entrada de la UE tras el cruce del Mediterráneo, y Alemania, Austria y Suecia, los principales países de destino de los refugiados.
ACNUR: "Ningún país puede negarse a hacer su parte"
A ese respeto, Guterres recalcó que "ningún país puede negarse a hacer su parte" y consideró que los desacuerdos en el seno de la UE frente a esta crisis eran de esperar. "No es sorprendente que cuando un sistema está desequilibrado y es disfuncional, todo se bloqueé cuando la presión sube", aseguró.
El jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) planteó que un programa coherente de reubicación para refugiados debe ir acompañado de capacidades adecuadas de recepción, particularmente en Grecia. Asimismo, la ONU consideró que la UE debe prepararse para, con el consentimiento previo de los países afectados -en este caso Grecia, Italia y Hungría-, colaborar en la recepción, asistencia y registro de personas que soliciten asilo.