Washington, 18 de agosto, 2016 (AP). Los expertos en el zika están solicitando voluntarios humanos para inyectarlos con el virus, a fin de poner a prueba posibles vacunas que sirvan de antídoto.
La búsqueda de una vacuna comenzó hace menos de un año cuando el brote ocurrido en Brasil dejó en claro que el zika —otrora considerado poco más que una molestia— es capaz de causar deformaciones en el cerebro de los bebés antes de nacer si la madre lo contrae.
Actualmente, grupos de científicos en Estados Unidos han estado probando dos posibles vacunas y hay más sustancias que serán sometidas a examen en breve. La que luzca prometedora tendrá que ser aplicada a miles de personas en Latinoamérica y Caribe —la zona más afectada por el virus— para determinar si la vacuna es realmente eficaz.
Aun si todos los exámenes resultan exitosos, la vacuna no estará disponible para uso generalizado en el corto plazo.
Sin embargo, hay otro tipo de investigación que puede resultar reveladora. Se trata de infectar a personas saludables, que no estén embarazadas, con el virus, a fin de imitar una infección natural. A partir de entonces los científicos pueden ir monitoreando cómo sus organismos reaccionan ante el organismo foráneo.
La primera pregunta es básica: ¿cuánta cantidad del virus se requiere para infectar a una persona?
Si las autoridades lo aprueban, los científicos podrían averiguarlo, infectando a voluntarios con distintas dosis del virus en diciembre en un laboratorio en Baltimore. Los datos que se recauden allí serían de gran valor para los que después estén desarrollando una vacuna contra la enfermedad.
"Consideramos que estos procesos de experimentos con seres humanos son importantes no solo para el desarrollo de una de una vacuna sino también como un mecanismo para aprender más sobre el zika", estimó la doctora Anna Durbin, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg y quien encabeza los estudios.
Agregó: "Podemos medir ciertos factores que nos es imposible medir en personas que han sido infectadas de manera natural".
Hay dos vacunas que lucen las más prometedoras. Se les llama vacunas de ADN: una es fabricada por los Institutos Nacionales de Salud y otra por la empresa farmacéutica Inovio, de Pennsylvania.
Representan una nueva tecnología. Usualmente las vacunas se hacen a raíz de un virus muerto o debilitado, a fin de entrenar al sistema inmunológico a reconocerlo y luchar contra él. Las vacunas ADN podrían ser más fáciles de crear: los científicos utilizan un extracto de ADN que porta los genes que incitan al organismo a crear los anticuerpos para luchar contra el virus.