La energía solar será una fuente fundamental para muchos países que buscan alcanzar sus objetivos climáticos en 2030, dada la reducción considerable de los costos de los paneles solares.
La energía solar se adopta rápidamente como la energía del futuro, lo cual queda demostrado con iniciativas como la planta de energía solar de Noor Ouarzazate en Marruecos; el proyecto de instalación de módulos solares en los techos en la India por un monto de USD 625 millones, y una reciente licitación en Zambia en que se propusieron los precios más bajos hasta la fecha para la energía solar en África.
Bancos multilaterales de desarrollo, como el Grupo Banco Mundial, pueden ayudar a los países clientes a desarrollar sus recursos solares, hacer los proyectos menos riesgosos, proporcionar acceso a capital de bajo costo para la construcción de centrales eléctricas y mejorar la infraestructura de transmisión y distribución.
CIUDAD DE WASHINGTON, 10 de noviembre de 2016. La energía solar, que fue una vez vista como una posibilidad remota, representa un factor de cambio para los países en desarrollo que adopta rápidamente esta fuente de energía limpia y renovable para cerrar las brechas de acceso a la electricidad y lograr los objetivos relacionados con la mitigación del cambio climático.
Eso se reflejó claramente el año pasado.
Por primera vez, las fuentes de energías renovables superaron al carbón en términos de capacidad de energía instalada acumulada en el mundo. Según el Organismo Internacional de Energía, en 2015 se agregó una capacidad sin precedentes de 153 gigavatios (GW) a través de energías renovables. La energía solar fotovoltaica —que incluye minirredes y paneles solares en los techos— representó casi un tercio (49 GW) de esa cantidad. En otras palabras, el año pasado se instalaron alrededor de 500 000 paneles solares cada día en todo el mundo.
Esta cifra va en aumento. De hecho, se prevé que la capacidad mundial de electricidad proveniente de fuentes de energías renovables aumente en un 42 %, u 825 GW para 2021, y se espera que la energía solar desempeñe una función importante en el logro de esa meta.
Marruecos, sede de la reunión de la vigésimo segunda Conferencia de las Partes (CP 22) a la que asisten especialistas en cambio climático y encargados de formular políticas de todo el mundo, es un buen ejemplo de esta transformación. A principios de este año, el rey de Marruecos inauguró la primera planta del complejo de energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés) más grande del mundo y que cuenta con el apoyo del Grupo Banco Mundial, los fondos de inversión en el clima (CIF) (i) y otros asociados. Una vez que esté en completo funcionamiento, la planta producirá suficiente energía para más de 1 millón de hogares marroquíes.
El país del norte de África no se encuentra solo en esta transición hacia la energía solar, que ayuda a los países en desarrollo a reducir su dependencia de combustibles convencionales como el carbón y el petróleo, y aumenta la participación de las energías renovables en su combinación de fuentes de energía.
Existe una fuerte voluntad política de aprovechar el impulso actual, especialmente con la entrada en vigor del Acuerdo de París sobre cambio climático.
A modo de ejemplo, se puede mencionar la Alianza Solar Internacional. (i) En junio, el Grupo Banco Mundial firmó un acuerdo (i) con este grupo compuesto por 121 países liderados por la India, con los objetivos de colaborar en la tarea de aumentar el uso de la energía solar en todo el mundo y ayudar a la alianza a movilizar USD 1 billón en inversiones a más tardar en 2030.
Consciente del potencial de la India en el ámbito de la energía solar, el Grupo Banco Mundial también prometió USD 1000 millones para iniciativas previstas, con el fin de ayudar al país de Asia meridional a proveer electricidad sostenible, limpia e inocua para el clima a millones de sus habitantes. Esto incluye un proyecto por un monto de USD 625 millones (i) aprobado en junio que incluye la instalación de paneles solares en los techos de las viviendas y edificios de todo el país. La iniciativa es respaldada con un préstamo de USD 125 millones cofinanciado por el CIF.
En Bangladesh, país vecino de la India, 18 millones de personas ya tienen acceso a la electricidad gracias a la instalación de sistemas solares domésticos como parte de un proyecto del Grupo Banco Mundial. En las islas remotas del país como Monpura, que no pueden ser parte de la red eléctrica nacional, comunidades enteras y negocios, como la del soldador Abdulrahim Hawlader, reciben electricidad mediante minirredes solares autónomas.
Hawlader, que anteriormente dependía de un generador diésel, relató que la energía solar transformó su negocio y aumentó sus ingresos.
“Solo encendemos el interruptor y (la maquinaria) funciona”, dijo. “Estamos ganando más debido a los costos más bajos”.
En Bolivia, las familias que viven en zonas alejadas y sin acceso a la red eléctrica están recurriendo a sistemas solares domésticos para satisfacer sus necesidades de electricidad.
La expansión de los servicios y productos de iluminación no conectados a la red ha proporcionado a más de 26 millones de personas el acceso a servicios modernos de energía a través de los programas del Grupo Banco Mundial denominados Iluminación para el Mundo, Luz para África, Luz para Asia y Luz para el Pacífico.
Y en algunos países donde los inversores privados dudan en entrar debido a los riesgos que perciben, el programa Scaling Solar (Más Energía Solar) del Grupo Banco Mundial (i) facilita las licitaciones competitivas y ofrece documentos estandarizados, garantías financieras y financiamiento aprobado previamente para disminuir las preocupaciones de los inversionistas y hacer más atractivos estos mercados.
En una reciente licitación en Zambia, organizada por Scaling Solar, la propuesta ganadora ofreció un precio sin precedentes para la energía solar de 6 centavos de dólar por kilovatio-hora, el más bajo hasta la fecha en África y entre los más bajos registrados a nivel mundial. Esto prepara el camino para llevar electricidad a miles de zambianos que la necesitan imperiosamente.
Las aplicaciones de la tecnología solar parecen ser ilimitadas. Un avión solar, (i) que funciona exclusivamente con energía solar, hizo historia en julio pasado al completar un viaje alrededor del mundo. Un aeropuerto en Cochin, (i) India, se convirtió en el primero en el mundo en funcionar completamente con energía solar, seguido por otro en Sudáfrica. En todo el mundo, las empresas están diseñando (i) novedosos techos y ventanas solares, e incluso paneles solares flotantes (i) para aprovechar la energía del sol.
La confluencia de fuerzas del mercado favorables, como tecnologías y precios más económicos que en el pasado, han incentivado a los inversionistas privados y a los países por igual a aceptar la energía solar. Los costos de la energía solar fotovoltaica han caído casi un 60 % (PDF, en inglés) desde 2010 y hoy en día son tan bajos que fluctúan entre 6 y 8 centavos de dólar por kilovatio-hora, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Se proyecta que continúen bajando en la próxima década y que esta reducción llegue al 60 %.
En el marco del Plan de Acción para el Clima del Grupo Banco Mundial, se movilizarán USD 25 000 millones en financiamiento privado para financiar inversiones en energía limpia en los países en desarrollo durante los próximos cinco años, y se agregarán otros 30 gigavatios a través de inversiones directas o inversiones en infraestructura que facilite el uso de energías renovables para 2020.
En muchos países ya se estudian proyectos con apoyo del Grupo Banco Mundial, que se centran en el acceso a una combinación adecuada de financiamiento, conocimientos especializados y asesoría técnica para ayudarlos a lograr sus objetivos en materia de energía solar y eliminar los obstáculos existentes.
Estos impedimentos incluyen la falta de infraestructura adecuada de transmisión y distribución, la inexistencia de soluciones de almacenamiento asequibles y eficaces, entornos poco favorables (incluida la carencia de políticas y regulaciones que fomenten el uso de la energía solar) y los altos costos del capital inicial. Un uso universal de la energía solar es además casi imposible sin la existencia de inversión privada en el sector.
El Grupo Banco Mundial se encuentra trabajando para atraer el interés privado hacia aquellos mercados donde los inversionistas pueden tener dudas de ingresar por su propia cuenta, y lo hace utilizando un conjunto de garantías e instrumentos financieros y asistencia en aspectos técnicos, normativos y regulatorios. Todo ello ha sido diseñado para fortalecer la confianza y atraer inversiones en tecnologías solares en el futuro.