
El evento principal, la Marcha por la Igualdad en Washington, fue apoyada por virtualmente todos los principales grupos defensores del país que trabajan en representación de estadounidenses lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgénero.
Los activistas han estado resentidos por la cancelación del gobierno de Trump a los lineamientos federales que pedían a los distritos escolares que permitieran que los estudiantes transgénero utilizaran los baños y vestidores de su elección.
También se quejan de que Trump, quien hizo campaña como un potencial aliado de homosexuales y lesbianas, haya llenado su gobierno con enemigos de los derechos LGBT, incluidos el vicepresidente Mike Pence, el secretario de Justicia Jeff Sessions, y el secretario de Salud y Servicios Humanos Tom Price.
Varios miles de personas desfilaron frente a la Casa Blanca y hacia el Capitolio, atrás de una bandera arcoíris gigante que estaba cerca de la cabeza de la procesión.
Para la comunidad LGBT a nivel nacional, es un momento emotivo. El lunes es el primer aniversario de la masacre ocurrida en Orlando, Florida, en la fueron asesinadas 49 personas _en su mayoría latinos_ en el club nocturno homosexual Pulse.
Entre los que marcharon en Washington estuvo Gil Méndez, un puertorriqueño que viajó con su pareja desde San Francisco para unirse a la marcha. Él portaba una pancarta con los nombres de todas las víctimas del Pulse.
“El ataque a Pulse realmente me golpeó fuerte”, comentó. “Hizo la conexión entre la violencia física de las armas de fuego y los ataques políticos sobre nuestra comunidad”.
Otros que marcharon y cantaron canciones de libertad y canciones patrióticas todo el camino fueron los miembros de coros homosexuales de varias ciudades.
“Es una oportunidad para decir a todos que aún estamos aquí, que no nos vamos a ir en absoluto”, dijo Gregory Elfers, de Teaneck, Nueva Jersey, quien estaba con un contingente del Coro de Hombres Homosexuales de la Ciudad de Nueva York. AP