BEIJING (AP) — China reportó el viernes otro descenso en el número de nuevos casos de un virus y las autoridades expresaron su continuo optimismo acerca de la contención de un brote que ha causado más de 2.200 muertes en el país y que ahora se expande por otras zonas.
La contención de la enfermedad ha sido una lucha lejos del epicentro, en el centro de China. La capital de Corea del Sur, Seúl, prohibió los mítines en las calles del centro de la ciudad y el gobierno envió refuerzos a una ciudad en la que repuntaron las infecciones. Hong Kong reportó un nuevo caso en un policía.
En China, las nuevas infecciones llevan días disminuyendo pero los cambios en el método empleado por las autoridades de salud para contabilizar los afectados han enturbiado la verdadera trayectoria de la epidemia.
“La tendencia a la baja no se revertirá”, dijo Ding Xiangyang, vicesecretario del Consejo Estatal y miembro del grupo de supervisión del gobierno central, el jueves.
China confirmó que en las últimas 24 horas registró 889 nuevos casos hasta un total de 75.465. Además, reportó 118 decesos que elevan el número de víctimas mortales a 2.236. Más allá del territorio continental chino ha habido más de 1.000 casos y 11 muertes.
La gente en el país lloraba la muerte de un médico que sucumbió a la enfermedad el jueves, según un anuncio del distrito en el que trabajaba en Wuhan, la ciudad donde se detectó el brote. Peng Yinhua, un doctor especializado en el aparato respiratorio y en cuidados intensivos, se contagió el mes pasado cuando trataba a pacientes enfermos.
Según medios chinos, Peng tenía 29 años, lo que lo convierte en una de las víctimas más jóvenes del COVID-19. La mayoría de los fallecidos por el virus tienen más de 60 años y problemas médicos previos, según un reporte del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China.
Funcionarios de la provincia de Hubei, en el centro de la epidemia, y de otras zonas fueron cesados tras diagnosticarse más de 500 casos en prisiones, dijo He Ping, del Ministerio de Justicia, a periodistas durante una conferencia de prensa diaria.
He y otros funcionarios de seguridad reiteraron que se tomarán medidas legales contra quienes desafían la orden de utilizar mascarilla y potras medidas de contención.
La semana pasada, China comenzó a registrar nuevos casos sin esperar a los resultados de las pruebas de laboratorio, lo que provocó un importante incremento en el número de pacientes. Pero el jueves volvió a contar solo los positivos confirmados por el laboratorio y descontó algunos en los que las pruebas fueron negativas. Los cambios seguro molestarán a los observadores que dicen que la consistencia es clave para entender el rumbo del COVID-19.
Corea del Sur reportó el jueves su primera víctima mortal por el coronavirus y Japón dijo que dos expasajeros del Diamond Princess habían fallecido. Con más de 600 positivos, el crucero registró el mayor número de enfermos fuera de China.
Las autoridades surcoreanas confirmaron el viernes 100 nuevos casos del COVID-19, elevando el total en el país a 204 _ muchos de ellos en las inmediaciones de la ciudad de Daegu, en el sureste _ y el temor a que el brote pueda estar fuera de control.
En Irán, la agencia noticiosa semioficial Mehr citó a autoridades médicas del país para reportar dos muertes más entre los 13 casos del virus confirmados en la República Islámica, que se suman a las otras dos confirmadas a principios de semana.
Por su parte, Hong Kong confirmó su primer caso en un policía, lo que elevó el total a 69, con dos decesos.
Un agente de 48 años dio positivo tras acudir a una cena el martes con otros 59 agentes, que fueron puestos en cuarentena, explicaron las autoridades en su página de Facebook. Además, pidieron a los policías que presten atención a su higiene para reducir el riesgo de transmisión.
En Australia, dos personas que regresaron al país tras una cuarentena de 14 días a bordo del Diamond Princess en Yokohama dieron positivo pese a superar varias pruebas antes de volar.
“Es posible que más gente pueda dar positivo en los próximos días”, dijo el jefe de los servicios médicos de Australia, Brendan Murphy.
Los dos nuevos casos elevaron el total en Australia a 17. De ellos, 10 se han recuperado ya.
Alrededor de 170 pasajeros australianos del crucero, la mayoría de entre 60 y 70 años, pasarán otras dos semanas aislados tras abandonar el barco.
El ministro de Salud de Japón, Katsunobu Kato, dijo a reporteros que Australia, igual que Estados Unidos, repatrió a una mezcla de pasajeros que habían dado negativo en las pruebas y a otros cuyo estado no estaba claro, “por lo tanto, es difícil llegar de inmediato a conclusiones sobre cuándo o cómo contrajeron el virus”.
Según Kato, los pasajeros que regresaron a sus casas en vuelos fletados por Estados Unidos y Australia no habían completado el proceso de cuarentena decretado por Japón, que comenzó el miércoles y termina el viernes. AP