BEIJING (AP) — Funcionarios de salud de China manifestaron optimismo el jueves sobre el control del brote de un nuevo virus, pero continúan las dudas sobre la trayectoria real de la epidemia, una vez que China cambió nuevamente su método de conteo, y por la aparición de nuevas amenazas fuera del país.
“La tendencia a la baja no se revertirá”, insistió Ding Xiangyang, subsecretario general del Consejo de Estado e integrante del grupo de supervisión del Gobierno Central.
Sin importar las promesas que fueron difundidas donde la enfermedad representa su mayor amenaza, países de todo el mundo siguieron luchando con la reacción en cadena.
El frente más reciente en el extenso combate a nivel mundial contra el COVID-19 surgió en Daegu, Corea del Sur, donde los 2,5 millones de habitantes de la ciudad fueron exhortados a permanecer en lugares cerrados y portar cubrebocas en todo momento para contener más infecciones.
El alcalde Kwon Young-jin hizo un llamado por televisión a nivel nacional para que se tomen esas medidas preventivas, advirtiendo que una racha de nuevos casos podría abrumar el sistema de salud. El alcalde también pidió ayuda al gobierno central del país.
Daegu y poblaciones circunvecinas reportaron 35 nuevos casos del coronavirus el jueves.
El brote se registró a más de 1.400 kilómetros (900 millas) de distancia del epicentro del COVID-19 a lo largo del Mar Amarillo en la provincia china de Hubei y su capital de Wuhan, una señal de los riesgos que el virus potencialmente representa para las comunidades de la región y más allá.
Si bien todos excepto aproximadamente 1.000 de los más de 75.000 casos reportados de COVID-19 han sido registrados en China, casos dispersos han surgido en otras partes.
El gobierno de Irán reveló el jueves las dos primeras muertes en su territorio a causa del virus, al tiempo que Corea del Sur reportó su primera. Y Japón señaló que dos expasajeros del crucero Diamond Princess han muerto por la enfermedad, lo que elevó la cifra de decesos a tres.
La trayectoria del brote continúa confusa debido a los serpenteantes reportes diarios de China de nuevos casos y las maneras cambiantes de contarlos.
El número de nuevos casos en China declinó de nuevo el jueves, a 394, un cambio notable de la cifra de 1.749 dada a conocer un día antes. Otras 114 muertes en China fueron vinculadas con el virus.
Pero tales estadísticas surgieron luego de otro cambio más en la forma en que los nuevos casos son contados.
La semana pasada, la Comisión Nacional de Salud de China informó que funcionarios en Hubei registrarían nuevas infecciones sin esperar los resultados de las pruebas de laboratorio, apoyándose en su lugar en los análisis de los médicos y tomografías pulmonares. Sin embargo, el jueves retomó su manera previa de conteo, una decisión que sin duda exasperó a los observadores que consideran que la consistencia es la clave para comprender el camino del COVID-19.
La comisión de salud señaló que redujo su conteo de infecciones por 279 luego que las pruebas de laboratorio detectaron que habían sido incluidas erróneamente en la cifra total. AP