AP - Enfrentados a cientos de demandas por abusos sexuales, los Boy Scouts of America se declararon en bancarrota el martes con la esperanza de armar un plan de compensación de víctimas que permita a la organización de 110 años seguir adelante.
La solicitud ante la corte federal de bancarrotas en Wilmington, Delaware, pone en marcha la que podría ser una de las mayores y más complejas quiebras jamás registradas en Estados Unidos. Decenas de abogados han reclamado acuerdos en nombre de miles de hombres que dicen haber sufrido abusos hace décadas cuando eran niños exploradores a manos de exploradores mayores u otros líderes, y que no han pudieron demandar hasta una reciente modificación en la prescripción de delitos de varios estados.
Al acudir a la corte, los Scouts pueden paralizar esas demandas por el momento. Pero en último término podrían verse obligados a vender parte de sus numerosas propiedades, incluidos campamentos y zonas de senderismo, para reunir dinero para un fondo de compensación que podría superar los mil millones de dólares.
“Los programas de exploradores continuarán durante este proceso y durante muchos años por venir”, dijo Evan Roberts, portavoz de la organización. “Los consejos locales no se declaran en bancarrota porque son organizaciones legalmente distintas y separadas”.
Los Boy Scouts no son la única gran institución que paga un alto precio por abusos sexuales en Estados Unidos. Las diócesis católicas de todo el país, así como centros educativos como Penn State y Michigan State, han pagado cientos de millones de dólares en indemnizaciones en los últimos años.
La bancarrota supone un doloroso giro para una organización que lleva generaciones siendo un pilar de la actividad civil estadounidense y formando a futuros líderes. Durante años, alcanzar el rango de Águila ha sido un orgulloso logro que políticos, líderes empresariales, astronautas y otras personas pusieron en sus currículums y biografías oficiales.
Las finanzas de los Boy Scouts han sufrido en los últimos años por un descenso en las inscripciones y los acuerdos extrajudiciales sobre demandas de abusos sexuales.
Las cuentas empeoraron el año pasado después de que Nueva York, Arizona, Nueva Jersey y California aprobaran leyes facilitando que las víctimas de antiguos abusos presentaran demandas. Equipos de abogados de todo el país han encontrado a cientos de clientes para demandar a la organización.
“Hay muchos hombres muy enfadados y resentidos que no permitirán que los Boy Scouts se escapen sin declarar cuáles son todos sus activos”, dijo el abogado Paul Mones, que representa a numerosos clientes que demandan a la entidad. “No quieren dejar piedra sin levantar”.
Enfrentados a cientos de demandas por abusos sexuales, los Boy Scouts of America se declararon en bancarrota el martes con la esperanza de armar un plan de compensación de víctimas que permita a la organización de 110 años seguir adelante.
La solicitud ante la corte federal de bancarrotas en Wilmington, Delaware, pone en marcha la que podría ser una de las mayores y más complejas quiebras jamás registradas en Estados Unidos. Decenas de abogados han reclamado acuerdos en nombre de miles de hombres que dicen haber sufrido abusos hace décadas cuando eran niños exploradores a manos de exploradores mayores u otros líderes, y que no han pudieron demandar hasta una reciente modificación en la prescripción de delitos de varios estados.
Al acudir a la corte, los Scouts pueden paralizar esas demandas por el momento. Pero en último término podrían verse obligados a vender parte de sus numerosas propiedades, incluidos campamentos y zonas de senderismo, para reunir dinero para un fondo de compensación que podría superar los mil millones de dólares.
“Los programas de exploradores continuarán durante este proceso y durante muchos años por venir”, dijo Evan Roberts, portavoz de la organización. “Los consejos locales no se declaran en bancarrota porque son organizaciones legalmente distintas y separadas”.
Los Boy Scouts no son la única gran institución que paga un alto precio por abusos sexuales en Estados Unidos. Las diócesis católicas de todo el país, así como centros educativos como Penn State y Michigan State, han pagado cientos de millones de dólares en indemnizaciones en los últimos años.
La bancarrota supone un doloroso giro para una organización que lleva generaciones siendo un pilar de la actividad civil estadounidense y formando a futuros líderes. Durante años, alcanzar el rango de Águila ha sido un orgulloso logro que políticos, líderes empresariales, astronautas y otras personas pusieron en sus currículums y biografías oficiales.
Las finanzas de los Boy Scouts han sufrido en los últimos años por un descenso en las inscripciones y los acuerdos extrajudiciales sobre demandas de abusos sexuales.
Las cuentas empeoraron el año pasado después de que Nueva York, Arizona, Nueva Jersey y California aprobaran leyes facilitando que las víctimas de antiguos abusos presentaran demandas. Equipos de abogados de todo el país han encontrado a cientos de clientes para demandar a la organización.
“Hay muchos hombres muy enfadados y resentidos que no permitirán que los Boy Scouts se escapen sin declarar cuáles son todos sus activos”, dijo el abogado Paul Mones, que representa a numerosos clientes que demandan a la entidad. “No quieren dejar piedra sin levantar”. AP