Un criminal condenado por violación y asesinato a varias décadas de cárcel logró que se le garantice el derecho a morir por medio de la eutanasia. “Soy un peligro para la sociedad”, argumenta el delincuente.
Según el diario belga "De Morgen", Frank Van Den Bleeken, que cumple una condena de 30 años de cárcel en la prisión de la ciudad belga de Brugge (Brujas), recibirá una inyección letal este sábado 11 de enero de 2015, según informaciones del portavoz del Departamento de la Justicia de Bélgica a dicho periódico.
"Ha llegado el momento”, dijo el oficial de la Justicia a “De Morgen”, que dice no haber podido aún contactar al abogado del prisionero.
Van den Bleeken exigió durante años al gobierno poner fin a su vida porque su "angustia mental es insoportable". Finalmente, en septiembre de 2014 Van den Bleeken obtuvo luz verde de las autoridades. El prisionero se considera, él mismo, “un peligro para la sociedad” y rechazó ser puesto en libertad antes de cumplir la pena. Al mismo tiempo, Frank Van den Bleeken criticó las condiciones carcelarias “como inhumanas”.
Tras la negativa de las autoridades belgas a pagar su tratamiento psíquico en una clínica especializada en Holanda, el convicto decidió reclamar la eutanasia.
Condición: "Voluntaria, consciente y repetidamente"
La Fundación alemana para la Protección del Paciente criticó la decisión de las autoridades belgas. "Matar en lugar de ofrecer terapia", es la "fría lógica de la práctica de la eutanasia en Bélgica", dijo el presidente de dicha fundación, Eugen Brysch. La puesta en práctica de este derecho en Bélgica “distancia a la ley de la humanidad”, agregó Brysch.
Bélgica fue el segundo país, después de los Países Bajos, en acoger una ley sobre la eutanasia. En el año 2013, 1807 personas aprovecharon la oportunidad para reclamar ese derecho legal. La condición para ello es que el paciente exprese su deseo de recibir la eutanasia "voluntaria, consciente y repetidamente".