Buenos Aires, 12 feb (EFE).- Sobre la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires lucía un sol alto y abrasador que, sin embargo, no impidió este miércoles que decenas de familiares de víctimas se reunieran para reivindicar la memoria de sus hijas asesinadas y pedir el fin del "genocidio feminicida" en Argentina.
"No queremos más padres que estén en el lugar nuestro. (Queremos) que el Gobierno nos escuche", afirmó a Efe Mónica Ferreyra, madre de Araceli Fulles, asesinada hace casi tres años en el municipio bonaerense de San Martín cuando volvía a casa un sábado.
"Nos sentimos desamparados totalmente -continúa-. Seguimos en la lucha nosotros cuando nos tendríamos que quedar en nuestra casa y saber que hay justicia, y sin embargo no la hay. Cuando matan les dan 15, 20 años, y si se portan bien se los sacan... Y no es así, mi hija tenía una vida por delante, tenía 22 años", denunció.
"NOS DESTRUYERON"
Aunque uno de los responsables de la muerte de Aracelli, Darío Badaracco, falleció en prisión el año pasado, otros tres siguen en libertad mientras aguardan por el juicio oral, previsto para mediados de mayo.
En cualquier caso, la situación de Mónica y el resto de su familia es dramática, debido a la ausencia de ayudas por parte del Estado y a las trabas judiciales y policiales durante la investigación del asesinato de su hija.
"Nos destruyeron prácticamente a todos, a mis dos hijos, a mi esposo... Yo estoy solamente en alto, yo sola, con la bandera en alto, por la justicia de mi hija. Es como que nos mataron en vida a todos", aseveró emocionada.
Para Marta Montero, madre de Lucía Pérez, asesinada cuando tan solo tenía 16 años, la intención de la convocatoria es conseguir "que el Estado se haga cargo" a través de políticas públicas y de género, en definitiva, "no mirar al costado y hacer como que no pasa nada".
"Cuando a vos te matan a una hija, como este caso nuestro y de todas las mamás que estamos acá, el Estado no existe. No tenés un abogado que te represente, tenés que ir a buscarlo vos y pagarle vos, y si vos no tenés los medios para pagarle, pues bien, gracias, te has quedado solo", subrayó Montero.
UN ESTADO "GENOCIDA"
En ese sentido, la madre de Lucía definió a la Argentina actual como un "Estado genocida", al no proveer recursos suficientes en la lucha contra una lacra que acaba con la vida de una mujer "cada 30 horas".
"La muerte de una hija es un genocidio. La privan de su libertad, la ahorcan, la acuchillan, muere por desangramiento... ¿qué más quieren? La violan, la drogan... ¿Eso no es un genocidio? Entonces, si el Estado no ve eso y hace como que no pasó nada, entonces el Estado se ha vuelto un genocida", concluyó.
Tanto Marta como Mónica fueron dos de las participantes en un acto solemne frente a la Casa Rosada, sede del poder Ejecutivo argentino, en donde varios familiares hablaron acerca de sus experiencias de duelo y memoria.
Todos ellos forman parte del colectivo 'Familias sobrevivientes de Femicidios', un grupo que demanda la implantación de un programa de ayuda para familias de víctimas de violencia machista, que incluya la asistencia psicológica y el acceso gratuito a la justicia.
Al final del acto, que se prolongó durante más de una hora y que se saldó con un sonoro aplauso, los familiares se dirigieron a la Casa Rosada para efectuar la entrega de una carta con sus principales reclamaciones.
Sólo en enero, un total de 21 mujeres perdieron la vida a manos de un hombre en Argentina, lo que supone un asesinato cada 35 horas, según datos del Observatorio Mumala "Mujeres, Disidencias, Derechos". Sociedad